La palabra guiri en una de sus acepciones, según la RAE, viene del vasco que quiere decir turista extranjero. En buen castellano, es aquel extranjero que está de paso. Los inmigrantes, por ejemplo, que vienen en patera y quieren estar en España de paso para irse a Francia, Alemania o Inglaterra no entrarían en esa definición. Las personas de diferentes nacionalidades que están confinadas en un centro de internamiento para extranjeros tampoco. Un peruano o peruana, o un sudaca como yo, de paso por Madrid tampoco entraría dentro de esa definición. Recuerdo que a pocos días de estar en Madrid, hace ya muchos años, cuando decía que era guiri, los nativos de esta villa castellana se quedaban mirándome un rato, luego caían en sí y sonreían flojamente. Claro, es que coloquialmente guiri está ceñido para hombres y mujeres turistas blancos y de preferencia de Europa del Norte o de la América del norte gringo. Sí, aquellos que ponen los pies en las fuentes de agua, que usan sandalias con medias, que comen a las doce del día o a la una – aquí se come (almuerza) entre las dos o tres de la tarde entre otras viñetas humanas. Me parece que tampoco entraría en esa definición un marroquí o una marroquí que estuviera de turista por estos pastos. ¿Un japonés o japonesa sería guiri? Por lo que escucho, le llaman por su nacionalidad. Así se cuecen las palabras y sus significaciones.

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