Los daños congénitos causados por el virus zika pueden ocurrir durante todo el embarazo y ser más variados y frecuentes que la microcefalia, según un estudio realizado en Brasil. Anteriormente se pensaba que sólo las infecciones producidas en el primer trimestre afectaban al feto.

Entre los que nacieron con vida, varios presentaron complicaciones cerebrales, como calcificaciones, atrofia, dilatación ventricular e hipoplasia de las estructuras cerebrales. En resumen, se observaron muertes fetales y anormalidades en los recién nacidos en el 46 por ciento de los embarazos de madres infectadas por el virus zika, cifras muchas más altas de las que se reconocían al inicio de la pandemia.

La microcefalia, condición en la que se nace con la cabeza demasiado pequeña para el tiempo de gestación, es el defecto congénito más conocido causado por el zika, pero “representa sólo una pequeña proporción de infantes dañados por el virus”, dicen los autores de este estudio.

En reportes mundiales se detectó un patrón denominado síndrome congénito por el virus del Zika. Este es específico de los fetos y bebés infectados con el virus del Zika antes del nacimiento y presenta las siguientes cinco características:

  1. Microcefalia grave con hundimiento parcial del cráneo
  2. Tejido cerebral disminuido con un patrón específico de daño cerebral que incluye calcificaciones subcorticales
  3. Daño en la parte posterior del ojo que incluye degeneración macular y cúmulos pigmentarios focales al nivel de la retina
  4. Contracturas congénitas como pie equinovaro o artrogriposis
  5. Hipertonía que restringe el movimiento del cuerpo inmediatamente después del nacimiento

La infección congénita por el virus del Zika también ha sido asociada a otras anormalidades, tales como atrofia y asimetría cerebral, estructuras cerebrales ausentes o malformaciones, hidrocefalia y trastornos de migración neuronal. Otras anormalidades incluyen cuero cabelludo excesivo o redundante. Los resultados neurológicos informados incluyen hiperreflexia, irritabilidad, temblores, convulsiones, disfunción del tallo cerebral y disfagia. Las anormalidades oculares informadas incluyen, entre otras, cúmulos pigmentarios focales y atrofia coriorretiniana en la mácula, hipoplasia y atrofia del nervio óptico, excavación del disco óptico, otras lesiones en la retina, colobomas del iris, glaucoma congénito, microftalmia, subluxación de lente, cataratas y calcificaciones intraoculares.

Si bien la mayoría de las anormalidades oculares han sido informadas en bebés con microcefalia, también se han encontrado anormalidades oculares en bebés sin microcefalia u otras alteraciones del sistema nervioso central. Por lo tanto, resulta esencial que todos los bebés con posible infección congénita por el virus del Zika reciban los exámenes y el seguimiento médico recomendados.

Ante este panorama actual y preocupante la pregunta inmediata es: ¿qué hacer?, pues seguir investigando hasta llegar a saber exactamente cuál es daño real que puede causar el zika tanto en la madre como en el feto, cómo diagnosticar y prevenir esta enfermedad.

Un paso importante es que en nuestra ciudad un grupo de investigadores de Lima y de la región están realizando un estudio que abarca 10 países de Latinoamérica para observar los daños que puede causar en la madre, feto y recién nacido esta no muy bien conocida enfermedad. Es un proyecto que va a durar dos años. Se estudiarán a mujeres desde el momento de su primer control prenatal hasta 45 días después del parto y se realizará seguimientos de los recién nacidos hasta el año de edad. Durante este proceso se harán estudios minuciosos en ambos grupos para llegar a tener el cuadro completo del zika.

Es una buena noticia. Esperemos que los resultados nos ayuden ver crecer a nuestros hijos sanos.