Hay personas que cuando vuelven a Isla Grande (condado literario en la Amazonía peruana) toman dos tipos de actitudes, principalmente, seguro que puede haber variantes. La primera es que están muy contentas con lo que ven o sienten –la pobreza del barrio de Belén y alrededores, la dejadez que acampa en cada esquina, el ruido que es un veneno mortal, la incuria de las autoridades entre otras situaciones. Es más, se hacen fotos y las cuelgan en el FB con frases horteras sobre la presencia en nuestra ciudad. Y hay otras que se indignan y quieren que las cosas no vayan por ese camino; que como la quieren la critican (con amor) con el mejor ánimo, para ellos la procesión va por dentro. Bajo esta singladura leía hace unos meses que la decana del Colegio de Arquitectos señalaba que la ciudad no tenía un Plan Director ¿? En cristiano sería que en la urbe no hay un proyecto urbano hacia dónde vamos, que no tenemos trazos ni rutas a largo plazo, que gobierna la coyuntura del día a día, que gana el corto plazo en nuestras decisiones como urbe, que cada jornada muestra las costuras y cultura de las luces cortas en la palestra, ¿hacia dónde vamos como ciudad?, ¿somos una ciudad sostenible? Para ilustrar con una arista (muy apretada) de lo sostenible, es decir, si la ciudadanía tiene acceso al agua potable (mínimamente), esta una pregunta que me ronda siempre que vuelvo en medio de la bulla que es atronadora, pero que para el común mortal de los insulares lo toman a broma. “Oye, mano, te has vuelto exquisito”, te lo enrostran en plena cara con cara de listillos. Recuerdo que le preguntaron, en una entrevista, al historiador José Barletti sobre la ciudad, y él señaló que vamos camino a la desaparición como cittá. Cuando leí esas palabras de Pepe me puse serio. Pero la verdad es que Ilha Grande, Long Island, Isola Grande cada día camina al caos por la incompetencia de quienes la gobiernan y que puede llevarnos a evaporarnos. No tenemos norte. Es una ciudad que crece al ritmo de los bandazos. A alguien se le ocurre hacer una carretera a Nauta y llaman a eso progreso. Los otros construyen un puente sobre el río Nanay y creen que con eso han solucionado el problema de desarrollo urbano. No. Una ciudad es mucho más que esas obras. Pero esas son preocupaciones pueriles, te dicen con superioridad y alzando los hombros, que siga la pachanga.

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