Uno de los grandes defectos que tenemos la mayoría, principalmente las autoridades, es que nos hacemos los especialistas y precavidos después que han ocurrido las desgracias. Se desplomaron casas en la curva de Moronacocha y todos nos hemos convertido casi automáticamente en expertos en este tema. Pero después de que la leche se derramó

Cuántas veces hemos visto y hemos pasado indiferentes por una obra que a primer golpe de vista está mal. Cuántas veces nos hacemos los ciegos y desentendidos ante estas bombas de tiempo. Que están ahí frente a todos pero le damos la espalda, como quien diciendo: “bienvenida desgracia, bienvenida tragedia”

Murió un trabajador enterrado por un derrumbe en una obra de Moore con Bermúdez, en una propiedad del colegio San Agustín. Levantamos polvo con los titulares, pero luego todo se apagó y se esfumó. Noticia propalada, noticia olvidada.

Aquí en Iquitos se levantan construcciones sin cumplir los mínimos requisitos. Las autoridades dejan, así como si nada, que las obras avancen. Y uno se pregunta ¿por qué? Porque no chocan contra los dueños o constructoras. Y uno tiene todo el derecho de sospechar de todo.

Cuando aquel viento fuerte de setiembre del año pasado, trajo abajo el tramo superior de la pared frontal del CC Pardo, se armó la tole tole y Maynas con los Flores se enfrentaron hasta legalmente por la clausura del local de diversión. El muro o paredón no ofrecía seguridad alguna para los concurrentes a las fiestas. Después de tanto tira y afloja, Explosión sigue cautivando a sus fanáticos.

Pasó el tiempo, y en el local vecino, vale decir el Complejo del CNI, abrió sus puertas a otra orquesta, pero llama la atención que hay un muro que se ha levantado a medias y si se compara con el Pardo uno dice, nada que ver. Pero Maynas le ha dado luz verde. Bajo qué criterios, no lo sabemos pero si sospechamos.

Volviendo a Moronacocha, diremos que hace unos 20 años, durante el gobierno municipal de Jorge Samuel Chávez Sibina, se quiso trasladarlos hasta la zona del Terminal de Ómnibus, en la carretera Iquitos Nauta. Es más se inauguró un lugar especial para ellos al que se le bautizó como Urbanización Popular “Amistad peruano alemana”. Módulos de vivienda, con energía eléctrica, agua potable. Todo. Pero se fueron algunos pero al final retornaron al lugar de origen vendiendo la casa que les dio el Estado a través de la municipalidad de Maynas. Todo volvió a la informalidad de siempre y el famoso proyecto del Bolulevard de Moronacocha se fue, ahí mismo, al lago seco.

Así tenemos Puerto Salaverry, el asentamiento humano acuático que está debajo de la Consolación, entre otros. Y aparecen de la nada, y luego reclaman derechos ante las autoridades carentes de autoridad para resolver estos temas. Las de ahora sí, pero también las que pasaron sin pena ni gloria dejándonos este tremendo problema social.

Ahí están. Todo es posible en esta ciudad nuestra. Todo. Ahora miramos el problema de las casas desplomadas en la curva de Moronacocha, pero el fin de semana ya ni nos acordaremos. Pero sin querer ser ave de mal agüero o míster calamidad, volveremos a abordar el tema en la próxima tragedia y nos dedicaremos a buscar culpables, llorando sobre la leche y, Dios no lo quiera, sangre derramada.

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