900C Salud (Small)

  1. Termina el día agradecida

Uno de los momentos más críticos de alguien que padece ansiedad es durante la noche. Para evitar esta situación, es importante que trates de terminar tu día agradecida.

Intenta pensar en cosas por las que debes estar agradecida, como tu familia, tu trabajo, tu salud. Si haces esto antes de quedarte dormida, te darás cuenta de que descansarás mejor y tendrás un sueño más reparador.

  1. Ejercita tu mente

Una mente sana y enfocada es la solución para evitar la ansiedad y el estrés. En un mundo tan acelerado como en el que vivimos, en el que tenemos que realizar un gran número de actividades durante el día, en ocasiones es difícil tomarnos un respiro.

Sin embargo, si queremos cuidar nuestra salud mental, es importante detenernos un momento y darnos el tiempo para meditar, al menos unos minutos durante la mañana.

  1. Evita lo más posible la tecnología

El uso constante del teléfono móvil te expone a las ondas electromagnéticas que pueden penetrar en tu piel y promueven la ansiedad.

Para evitar esto, deja tu teléfono de lado durante una hora o dos al día y sal a caminar sin llevarlo contigo.

  1. Cuando pase por tu mente un pensamiento catastrófico, apela al realismo

Seguramente te ha pasado que de pronto sucede algo inesperado y tiendes a imaginar el peor escenario sin detenerte a pensar sensatamente. De igual forma, seguramente has sentido lo que llama «delirio de persecución» o paranoia, que te hace sentir un miedo irracional, que no sabes de dónde viene. Cuando estos pensamientos atraviesen tu mente, no luches contra ellos, sólo déjalos fluir y no dejes que tu mente comience a jugar con ellos.

  1. Practica este truco para tomar decisiones

Tienes problemas para tomar decisiones: estas te generan ansiedad, te paralizan y no sabes cómo continuar.

En este caso, puedes utilizar la regla del 3-2-1. ¿A qué me refiero? A que de todas las opciones que se te presentan elijas solo 3, luego de esas 3, selecciona 2 y, finalmente toma una decisión entre esas dos. ¡Sencillo!, ¿verdad?