900E Relaciones (Small) 

Muchas veces la traición puede provenir de lugares inesperados: familiares, amigos, compañeros de trabajo. Es doloroso sentirse traicionado, pero estos cinco consejos te ayudarán a sobrevivir a una traición.

-Deja de quejarte. Las situaciones pasadas son imposibles de modificar. Lo que pasó, ya pertenece el pasado y, aunque te duela en el alma, no hay nada que pueda modificar esa realidad.

-No revivas el momento. Recordarlo una y mil veces o narrarlo con lujo de detalles a cuanta persona se te acerque sólo hará más grande la herida y que las personas se alejen. Además, estarás gastando en ello una preciosa energía que necesitas en tu vida para nuevos proyectos.

-Perdona y olvida. Cuando existe el perdón, el mayor beneficio es para ti. Dirás que es fácil decirlo, pero es una inmensa verdad. Al perdonar tú, te liberas y sientes paz y, aunque la otra persona sigue siendo responsable del daño que causó, le corresponde a ella buscar en su interior y reconocer los motivos de su acción. A ti te corresponde seguir viviendo en el presente y disfrutando de las cosas bellas que la vida te da.

-Libérate de los malos sentimientos. Sólo te hacen daño, enturbian tu entorno y pueden provocarte una enfermedad. La ira, la venganza y el resentimiento no son buenos compañeros. Cuanto antes los liberes de tu cuerpo, te sentirás mejor. Puede ser un proceso largo, de acuerdo al tamaño de la traición, pero piensa en que todos estos malos sentimientos que no intentas evitar están solamente ensuciando tu espíritu.

-Intenta volver a confiar. Quienes realizan acciones deshonestas o desmedidas, muchas veces no tienen ni idea de las consecuencias. Las personas que sufren traiciones son vulneradas más allá de la acción concreta porque, una vez que fueron traicionadas, les resulta muy difícil volver a confiar. Algo dentro de su ser se ha roto y les resulta difícil volver a unir las piezas. Es un trabajo arduo, pero no imposible. Es cuestión de que te lo propongas y entiendas que no todas las personas son iguales. Perder la confianza en los otros sólo te hace cerrarte a nuevas oportunidades de conocer buenas personas.