CESAR ACUNA
CESAR ACUNA

Escribe Héctor Tintaya Feria

Los tiempos han cambiado y ahora Internet y las redes sociales lo saben todo. Fueron varios cibernautas quienes fueron destapando las mentiras en la tesis doctoral de César Acuña en la Universidad Complutense de Madrid, que ya se ha pronunciado y ha iniciado una investigación que, de acuerdo a la legislación española podría ser sancionado hasta con pena de cárcel.

El tema es conocer si directamente esta evidente mentira bastará para que el electorado que empezaba a emocionarse con Acuña se mantenga fiel al estilo que ha impregnado. Parece que ese 15% en promedio es muy frágil para sostenerse luego de seguir acuñándose eso de “plata como cancha” o ahora las mentiras en la tesis. Antes esto no hubiera interesado mucho. Sin embargo las redes sociales generan gran impacto en un sector de la población joven que buscar nuevas alternativas como Acuña.

No leer bien, tener un mote y carecer de habilidad política para imponerse sobre otros rivales podría no ser una tara al momento de seguir creciendo. No hizo efecto en Toledo y Humala que no son dichosos de la oratoria y sin embargo generaban expectativa y esperanza. Pero esos valores precisamente se han agotado con las tremendas decepciones sociales que resultaron estos gobiernos. Todo esto venía siendo reemplazado con un tremendo aparato de propaganda, harta plata y alianzas con movimientos regionales que habían impulsado a Acuña.

¿Quién no miente alguna vez? Podría ser la respuesta que un elector podría hacerse. O que las exquisiteces de las redes sociales para buscar estos defectos no terminan por aterrizar en las grandes masas que no identifican siquiera qué es una tesis doctoral. Pero sí puede pesar el hecho que la plata hace todo, dónde sea y el ciudadano está harto de esos desequilibrios propios de una sociedad sin justicia donde hace de las suyas en cualquier sentido el tipo que tiene la billetera gorda.

Si no crece más en estas encuestas que saldrán en los siguientes días o, peor aún, Acuña empieza a retroceder entonces habrá dos grupos felices. Los fujimoristas qué pensarán que están zafándose de un real rival de segunda vuelta y los apristas y pececistas que pensarán que tienen el camino allanado para subir, sin pensar que, Guzmán, Barnechea o la propia Mendoza podrían tomar un aire que inicie el huracán que termine por catapultarlos al grupo de arriba.

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