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El ministro de Educación Jaime Saavedra Chanduví viene siendo troleado políticamente por las bancadas fujimorista y aprista. Y con ellos un grupo de medios y comentaristas seguidores de varias gruesas billeteras que poseen los propietarios de las universidades privadas muchos de ellos dentro del Congreso de la República. No les perdonan la reglamentación de la Nueva Ley Universitaria y con ello se aleja la esperanza que tenían de seguir durmiendo la reforma universitaria que los afecta económicamente ya que pone cierto orden en esas universidades de medio pelo que han formado y que en muchos casos estafan a los jóvenes. Cómo este gobierno lo ha ratificado en el cargo, los fujimoristas sin más consigna que guiarse por el que pone el bussinees, quieren traerse abajo a este ministro.

El problema es la celeridad en las reformas que ha impulsado Jaime Saavedra en la cartera de Educación. En realidad esta interpelación posible por el retraso de los Panamericanos es para frenar sus ímpetus en la reforma universitaria. Sin embargo una salida para poder empoderarse es, precisamente acelerar otros aspectos de su función. El tema de los Panamericanos y la construcción de infraestructura seguramente se solucione con entregar esos presupuestos a los constructores de siempre que se encargan de aquietar las aguas en los grandes medios, sin embargo, no asegura que desde la oposición continuarán; cada vez que aparezca un tema similar, la amenaza de la interpelación. Un remedio es agilizar las reformas planteadas en estas facultades legislativas al ejecutivo en materia de Educación.

Subir los sueldos a los profesores con escalas mínimas dentro de su ley así como agilizar los exámenes para que más maestros suban de escala magisterial sumado a la implementación más rápida de los colegios de Jornada Escolar Completa JEC con almuerzo incluido sería una apuesta de ganarse el reconocimiento de sectores de la población que podrían empezar a pensar que se está pensando en la Educación de verdad. Paralelamente iniciar la acreditación de facultades de tal manera que vayan perdiendo fuerza económica estas universidades que han tomado parte del Congreso con sus esbirros dentro.

A esta evidencia de mejoras puntuales no sólo se podría adherir al sector magisterial sino la población que en la última década, por un crecimiento económico sostenido, demanda mejores servicios y dentro de ellos una educación de calidad. Los procesos en educación son importantes, pero nada cuesta apostar por un aceleramiento de las reformas y propuestas. Si hay dinero, hay que gastarlo, ahora que Saavedra está medio empoderado del sector. Habrá cuestionamientos a las formas y metodologías que se implementen, pero en realidad mientras se encuentre el respaldo en las calles, el resto sale sobrando.

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