Se ha generado un halo de esperanza en estas decisiones que ha iniciado tanto el Ministerio Público como el Poder Judicial investigando a los ex presidentes de la república como Alejandro Toledo, Ollanta Humala (aún como testigo), Alan García (aún como testigo) Keiko Fujimori a la cual se inicia una investigación a nivel fiscal por el presunto delito de lavado de activos. Es un nuevo aire que ojalá no se queda en un suspiro y responda a la designación reciente de Duberlí Rodríguez en el poder Judicial y a Pablo Sánchez al mando del Ministerio Público.

Ambos, hasta la fecha, han dado muestras ante el auditorio que no se van a dejar presionar por las fuerzas “fácticas” o mediáticas que suelen armar campañas de demolición cuando los intereses de los investigados choca con los intereses de los que normalmente están detrás de los ahora acusados. “En el Perú nadie tiene corona” ha dicho Duberlí Rodríguez cuando se le preguntó acerca de la investigación preliminar contra Keiko Fujimori ante los arrebatos de su bancada que han empezado hablar de persecución y que el tema se basa en un chisme (comentario) de alguien que no radica en el país.

Esa es una muestra de firmeza ante el poder, que el de Fujimori no es poca cosa. Si no se deja amedrentar estamos hablando por lo menos de un par de años de cambios en el Poder Judicial. Precisamente fue esa bancada que llamó, a través de la presión, a Pablo Sánchez para que responda del porque no deja que los fiscales que intervienen en la investigación por el caso Odebrecht asistan al que llaman “primer poder del Estado”. Solvente, Pablo Sánchez asistió protocolarmente adonde Luz Salgado para explicarle que podría haber algunos alcances vía cuestionario, pero que no se pueden presentar por obvias razones: se filtraría todo y ellos mismos tomarían sus provisiones y alertarían a sus líderes.

Puede que sea un arrebato de inocencia, pero hace años no se veía una avanzada en temas de investigación que implicara a toda la clase política del país. Sí – ya sé – en realidad si no se hubiera destapado el tema de Odebrecht en otros países en realidad nunca se hubiera sabido los niveles de coimas a la que se está llegando (tiempo presente porque en el caso de Chincheros va ser una perla que hará temblar este gobierno), pero hay que ser hidalgos, también en señalar que en otros tiempos, ya se hubieran respondido como la procuradora Julia Príncipe: no hay datos que alcancen a Alan García.

Todo cambio empieza por la cabeza, porque es desde ahí de donde nacen las órdenes que apuntan a renovar las instituciones. Si es un suspiro o sólo un arrebato de buena fe del Poder Judicial y el Ministerio Público, se habrá perdido la gran oportunidad similar que existió cuando terminó la dictadura Fujimorista. Con esta nueva podredumbre descubierta y ante la debilidad de la clase política ante la población es el momento oportuno de aplicar la razón y la justicia, que no se pierda este momento histórico.

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