Bastaría con mirar el ejemplo del huevo, tal como afirman los entendidos en la materia, para concluir que la eliminación del Reintegro Tributario perjudicará directamente a los pobladores de menores recursos que son, como se sabe, la mayoría en Loreto. Se consume un promedio de 200 mil huevos diarios y hace un tiempo fueron los productores locales quienes apoyaron e incentivaron la eliminación porque los perjudicaba. Esos productores están en todo su derecho de defenderse. Es más, hacer lo contrario sería no sólo contradictorio del pregón que tienen sino desnaturalizaría su propia labor.

Este columnista ha consultado a los que saben. Tanto el decano del Colegio de Economistas como el de Contadores, Vladimir Chong y Darwin Flores, respectivamente, han coincidido en decir que “en las actuales circunstancias no es conveniente que se elimine el Reintegro Tributario”. Además, su eliminación provocará la inmediata elevación del precio de los productos.

Algunos empresarios han defendido con argumentos contundentes y vehemencia mediática el mantenimiento de este beneficio tributario que fue diseñado pensando en favorecer a los más pobres. Esta defensa ha permitido falazmente creer que una determinada empresa y por ende, algunos empresarios, son los únicos beneficiados. Eso no es verdad. Pues en la región Loreto más de una treintena de empresas se han acogido a sus beneficios, como es legal y razonable. Esto se da porque -desde tiempos lejanos, en Iquitos y en todas partes del mundo- se cree que ser empresario es malo -ahí está la última encuesta nacional que considera que siete de cada diez empresarios están metidos en actos de corrupción- y que ese sector lo único que tiene como objetivo es la acumulación de riqueza. Hay empresarios inescrupulosos, claro que sí. Mercantilistas le llaman los liberales. De esos mercantilistas que se encarguen las instituciones pertinentes. No por ellos se va perjudicar a la población.

La clase política regional -que tiene su representación en el Congreso de la República- siempre ha sido esquiva a defender lo razonablemente correcto y se ha ido por el lado que cree es políticamente correcto. Eso los ha llevado no sólo a una incorrección en las propuestas sino a una desviación de la visión de lo que realmente favorece al pueblo. Sólo dos ejemplos de lo aquí dicho: El tema de la generación de energía que se decía iba a acabar con los apagones recibió el respaldo de una congresista sin importarle que con eso respaldaba un proyecto que perjudicaba a la población, como hoy se puede ver. La vigencia de los beneficios tributarios a Loreto fue defendida inicialmente por un congresista apelando a la eliminación progresiva porque no están dadas las condiciones para el desarrollo regional, sin embargo se ha cambiado la posición porque se “canjeó” 160 millones en obras públicas cuando la exigencia mayor debería ser que se promueva el cambio de condiciones y no entregar millones para “obras públicas” porque eso es desviar la idea de desarrollo que debemos tener en Loreto.

El mercado sufrirá una variación en los precios, los decanos de los colegios profesionales seguirán opinando timoratamente, los empresarios continuarán avergonzándose de defender lo que les favorece a ellos y al pueblo, los políticos más tradicionales que nunca repetirán contemporáneamente lo que históricamente ha sido una dejadez antes que madurez. Es decir, la historia se repite. ¿Así hay posibilidad de progreso? Para nada.