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En ocasiones aunque esté nublado o aparentemente no haga calor, en el ambiente puede haber una concentración muy alta de rayos solares ultravioleta, por ello es importante tomar medidas que protejan nuestra piel de cualquier posible daño.

Primero que nada es vital evitar permanecer por periodos prolongados a la intemperie, esto podría afectar la piel y los ojos.

Se recomienda vestir ropa de manga larga, usar sombrero o gorra y gafas con filtro UV y mantenerse en espacios cerrados.

Una de las consecuencias de estar demasiado tiempo en el sol es desarrollar melanoma, el cáncer de piel más agresivo.

El melanoma es uno de los tumores más frecuentes en jóvenes entre 18 y 30 años de edad debido a que pasan periodos prolongados expuestos al sol y a los rayos ultravioletas que les queman la piel y dañan las células.

El tumor en la piel se origina en los melanocitos, las células que se encargan de reproducir melanina, un pigmento de la piel, ojos y pelo, que tiene como principal función la de bloquear los rayos ultravioleta solares, para evitar daño a otras células.

Existen cuatro distintos tipos de melanoma (superficial, léntigo maligno, acral y nodular) y pueden ser leve, medio o severo en cuanto a su gravedad.

El superficial es el más común, representa entre 70 y 80 por ciento de los melanomas y es el más frecuente en personas de raza blanca.

Para diagnosticar el melanoma se realiza una biopsia del tumor y el tratamiento en las primeras etapas es la cirugía; cuando está más avanzado se recurre también a la radioterapia y en ocasiones a la quimioterapia. Si se logra la remisión del cáncer se ofrece inmunoterapia para los siguientes cinco años.

Cuando el cáncer se encuentra en fase IV y la enfermedad se ha extendido a otros órganos del cuerpo, la inmunoterapia o terapia blanca que ataca únicamente a las células cancerosas es la mejor opción. Sin embargo el costo de los fármacos es muy elevado.

¡Evita el melanoma al no exponerte al sol y siempre usa protector con filtro UV!