El dicho boxístico del que pestañea muere, puede aplicarse sin dudas al oficio político.  La falta de reflejos, la ausencia de reacción, ante un escándalo o una denuncia, pueden ser letales a la postre. El silencio no es recomendable porque se convierte en algo oscuro, algo sospechoso, y en fuente de suspicacias. Ese silencio es parte de responder en otros medios, ante otros periodistas, y no acudir a la fuente que publicó sobre un hecho cuestionable. Para desmentir la versión, para dar datos contundentes y para salir con las manos limpias. Si es que se tiene la razón. Desmentir una versión o demostrar que la parte denunciante esta equivocada, no requiere de mayores esfuerzos. Si es que se tiene la razón, repetimos. Entonces no entendemos la tardanza del Municipio Distrital de San Juan.

En la tardía respuesta de la titular del pliego, Lic. Mirna Villacorta Cárdenas, sobre esa cuestionada consultoría que inició este diario, ha sostenido que ella no es trafera, que se harán las correcciones pertinentes y que se implementará el mismo en el mes de julio de este año, porque ello beneficiará indiscutiblemente a su jurisdicción. Pero las cosas no son tan sencillas. Tenemos preguntas inevitables y urgentes sobre el asunto.  No podemos dejar de formularlas porque se trata de dinero público y de un rubro importante para cualquier comunidad, la educación: ¿Quién relevó al renunciante consultor Prialé que no acabó el trabajo y se fue al extranjero? ¿Qué estudió ese reemplazante con ahínco insospechado y  dónde obtuvo su grado profesional? ¿Cuánto cobró para acabar esa consultoría equívoca?   ¿O el otro también es un eximio y brillante economista?

Porque en el fondo del escándalo de eso se trata. De responder, con argumentos irrefutables, cómo fue que se acordó contratar los servicios de un economista, titulado y todo con el brillante bachillerato, el indiscutible postgrado en Administración Pública, el desbordante masterado en Economía Aplicada, para ocuparse del tema educativo? ¿Cómo se decidió pagar tanto a un experto en otra cosa para que diagnosticara sobre las deficiencias y las posibilidades de un rubro tan crucial para el futuro de San Juan? ¿Qué argumento técnico se utilizó para no contratar a un experto en la cuestión educativa?  ¿No hubiera sido mejor, no se hubieran evitado esos errores vergonzosos, si se hubiera contratado a un profesional del ramo?