El congresista y dirigente del Partido Popular Cristiano, Alberto Beingolea, estuvo en Iquitos hace algunos días y participó de actividades partidarias, además de presentarse en diversos medios de comunicación. En ambos ha despotricado de los movimientos regionales e incidido en la vigencia del PPC como partido político que va a trascender –ha dicho- a la coyuntura y que permanecerá en el tiempo. El congresista –uno de los más expresivos y coherentes del PPC y por ello víctima de lios internos- cree que el país sería mejor con partidos sólidos y menos agrupaciones regionales llamadas independientes.

Ciro Ruíz, candidato a la alcaldía de Belén por el PPC, ha hecho un recuento histórico de los burgomaestres que ha tenido esa jurisdicción y ha llegado a la conclusión que mejor que cualquier movimiento independiente es un partido sólido e histórico. El primer alcalde de Belén fue Carlos Lozano que ingresó a ese cargo postulando por la agrupación Nueva Amazonía que, en la práctica, he desaparecido del escenario político y electoral. El segundo ha sido José Vela García, quien ingresó por la agrupación UNIPOL –aunque el médico siempre fue un militante de Acción Popular- y ese grupo está reducido a la mínima expresión. El tercer y último alcalde es Hermógenes Flores, de la agrupación Motor del Desarrollo que, según el vaticinio de Ciro Ruíz, desaparecerá junto con la gestión de su líder y fundador.

Es injusto y hasta cierto punto irracional creer que los partidos políticos tradicionales aseguran un buen gobierno y una eficiente administración. Y es aún más creer que los males que padece el país –tanto a nivel nacional como provincial- son producto de la presencia de agrupaciones independientes que han aparecido, precisamente, por los vicios de los partidos y han sido fundados por personajes que habiendo militado en ellos han considerado que fuera de los mismos tenían mejor oportunidad de cambiar las cosas. Es muy difícil establecer las causas y consecuencias a favor de uno o en desmedro del otro pero no se debe olvidar que las agrupaciones independientes tienen un rol fundamental en la escena política. Quienes defienden a los partidos no se detienen a pensar que los movimientos independientes surgen a partir de los vicios de los primeros y que han funcionado como válvula de escape para los caudillismos que se generan. Mal con los movimientos independientes pero peor sin ellos.

Es parte de la ceguera política que algunos candidatos hacen gala, afirmar que se debe desistir de los postulantes que representan a los movimientos regionales y/o locales porque al final desaparecerán. Primero porque en elecciones locales –municipales y regionales- se busca al buen vecino. Y serlo puede ser que tenga como condición estar fuera de los partidos y no dentro de ellos. Segundo porque no se puede satanizar a quienes desde fuera de los partidos intentan mejorar la situación de los demás. Es verdad que las agrupaciones políticas y líderes de éstas repiten los vicios de los partidos. Pero ello evidencia los errores que cometen diariamente los partidos y no los movimientos. Además, si de partidos se trata, por lo menos en Belén será más fácil que entre un camello por el agujero de un alfiler que gane un candidato del PPC.

1 COMENTARIO

  1. La mala administracion de las autoridades de los movimientos regionales han llevado al atrazo a toda la regiòn Loreto, en vez de hacer de pitonizo, respecto al candidato del PPC, se deberia informar con objetividad y reponsabilidad para fortalecer la presencia de los movimientos regionales y se preocupen por capacitar a sus candidatos en temas de gestiòn pùblica para evitar el caos y la corrupciòn que terminan al final de sus mandatos.
    Es mas fàcil que los partidos perduren en el tiempo, que los movientos regionales continuen despuès una pèsima gestiòn.

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