¿Por qué?

La prensa deportiva en la península es cosa de locos. Hoy adulan y mañana te lanzan blasfemias, insultos, maldiciones. Es pendular en emociones. Una prueba de esa bilis e imprecaciones fue José Mourinho en el Real Madrid, era el diablo, el supay [en un país maniqueo como este no se podía esperar otra cosa]. El reverso de esta conducta era Pepe Guardiola en el Barcelona -alguien iba a proponer que lo canonizaran al santo varón, cosechaba ditirambos que hinchaban su ego hasta el cielo [la falsa modestia es una vanidad suma decía Borges, Jorge Luis Borges]. Como diablos salirse de esos extremos. En el caso de Mou no pararon hasta casi echarlo, se fue, no pudo más. Le seguían a donde iba con una máquina fotográfica, inventaban bulos [lamentablemente el no supo conducir esa neurosis de la prensa]. Hoy deben estar desesperados, y extrañándole, porqué ya no les dejará titulares que vendían como pan vico caliente. El escritor Richard Ford decía algo así que la prensa deportiva es la más intrascendental, donde la levedad predomina como la vida misma, añadía. Hoy en esa misma prensa no hay noticia del día que no lance una lisonja a Messi [el pobre hombre está muy celoso con Neymar y le puede dar una depresión de campeonato] para mimarlo, arroparlo porque tiene una tahuampa mental cojonuda. Es la misma prensa que inventa culebrones como los de Bale en el Real Madrid, los eructos de Isco o las flatulencias de Piqué. Estos mismos periodistas [incluida la novia de Iker Casillas] celebraban la ida de Mourinho al Chelsea con vino y butifarra. Saltaban de un pie. Auguraban cual pitonisas buenos tiempos, paz y amor celestial en el vestuario blanco hasta que el nuevo técnico Carlo Ancelotti puso en el primer partido de liga a Diego López en la portería [la cara de Casillas en el Bernabeu el domingo era de rabia contenida]. Carletto se metió en un gran charco. Los amigos de la novia de Casillas sacaron el rifle, las flechas, los dardos, cuchillos y todo lo que tenían a la mano para ir contra la decisión de Ancelotti. La prensa que antes alababa al entrenador italiano le pone estos días de caer de un burro. De un día para otro pasaron del amor al odio, como decía Mourinho ¿Por qué?

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