A falta de una luz verde que teóricamente llegará en agosto, el mundo del tenis diseña un nuevo escenario que romperá radicalmente con el formato actual de la Copa Davis, la competición internacional por equipos que se celebra desde hace más de un siglo y que a partir de 2019 sufrirá una transformación total. Así lo anticipó este lunes la Federación Internacional de Tenis (ITF), que confirmó un acuerdo por 25 años y 2.450 millones de euros con la compañía Kosmos para reestructurar el torneo con el objetivo de convertirlo en un evento más atractivo, al estilo de un Mundial de fútbol.

La idea de la ITF y todas las partes que han intervenido en la formalización del acuerdo es muy clara. Básicamente, pretenden simplificar la competición y acotarla a una sola semana, durante el mes de noviembre; además quieren concentrarla en una única sede, con 18 equipos en liza en lugar de los 16 de la actualidad, y otorgar unos premios sustanciosos para que las figuras se reenganchen y el torneo, disputado desde 1900, recupere su prestigio, ya que en los últimos años ha perdido mucho caché y hasta cierto punto se ha convertido en un estorbo en mitad del saturado calendario de la ATP.