El Perú es un país que recién esta empezado a madurar socialmente. Millones de peruanos se están dando cuenta que también tienen derechos, aunque estos hayan estado escritos en papel durante varios años, mucho de ellos desconocían para que servían y cómo tenían que ejercerlos. El Perú es un país en constante convulsión social, porque el gobierno no respeta las leyes ni los acuerdos. El gobierno siempre “quiere pensar por los ciudadanos”, ejerciendo presión social para que sus decisiones sean aceptadas, y tratando a los ciudadanos como minusválidos mentales-como ciudadanos de segunda clase-. En los últimos años, miles de peruanos han levantado su voz de protesta contra el abuso, el poder y la tiranía del Estado; pero también contra la violencia, la inseguridad y la desigualdad. Vivimos en un país de treinta millones de habitantes, con clases socioeconómicas bien marcadas, donde obtener ciertos beneficios requiere de ciertos requisitos, principalmente dinero. El gobierno ha gastado millones de soles en inclusión social y en campañas de: “Perú, progreso para todos”, pero el verdadero problema del peruano radica en su formación, en su educación y en su cultura. Desde pequeños nos enseñan a callarnos, a no levantar la voz, a dejar que nos marginen y nos pongan a un lado. Algo que se evidencia en la generación de los 70 y 80. Las campañas para sembrar valores y principios han empezado a dar sus frutos. Ahora vemos ciudadanos más tolerantes y más activos en la vida social y política del país. El acceso a las tecnologías de la información y la masificación de las redes sociales han jugado un rol importante. Hoy más peruanos levantan su voz, aunque sea por facebook o twitter, pero se dejan sentir con publicaciones y comentarios que se vuelven tendencia en cuestión de minutos. Antes era inconcebible refutar a un profesor o un docente, era considerado una falta de respeto. Antes los líos se resolvían a golpes y las leyes eran lo último en lo que se pensaba. Hoy vivimos en una sociedad moderna y pensante, con sus falencias y limitaciones –evidentemente-, pero que avanza y se transforma a los nuevos tiempos, a las nuevas necesidades. Hoy entendemos cuando nos hablan de igualdad, de justicia o de paz social. Hoy reclamamos mejores oportunidades al gobierno a través de políticas públicas de calidad. Hoy exigimos obras públicas de calidad y cero corrupción. La frase “que robe pero que haga obras” ha quedado en el pasado, porque no se ajusta a la necesidad ni a la voluntad de los peruanos. Hoy no hablamos de defender ideologías o partidos, sino de unirnos como peruanos, como paisanos, como hermanos. Hoy más mujeres y hombres levantan la voz para exigir sus DERECHOS, para luchar contra la injusticia y la impunidad. El próximo mes, miles de mujeres saldrán a las calles a exigir que el Poder Judicial aplique sentencias más severas contra los agresores y asesinos de mujeres. Esta marcha se ha denominado #NiUnaMenos, y ya es tendencia en facebook. Así funcionan las cosas hoy en día. Ese es un cambio social, porque se ve mayor participación e interés de la población peruana, no solo de mujeres, sino también de hombres que entienden que la mujer no debe estar relegada a un segundo plano. La mujer es una pieza fundamental en la sociedad, cuyos aportes han logrado avances importantes en la ciencia, la tecnología y la educación. Ahora, mujeres y hombres luchan por sus ideales, por sus convicciones, tratando de construir un nuevo Perú, mucho más moral, mucho más justo, con equidad, pero también con oportunidad para progresar, con menos trabas tributarias y burocráticas. Hace varias décadas atrás, el Perú era un país incipiente, atrapado en su historia, sin una visión a futuro. Hoy, los políticos han entendido que las diferencias deben quedar de lado, que el diálogo y la concertación es fundamental para buscar el desarrollo del Perú. Aún existen algunas autoridades que no comprenden este mensaje, no porque no quieren, sino porque su egoísmo es más grande que su voluntad. Hoy vemos a más jóvenes participando en la vida social y política del país, a través de colectivos, asociaciones y movimientos; aportando ideas de cambio, de progreso, de unidad. Hoy, millones de peruanos votan con conciencia cívica. Ya no se dejan embaucar por falsas promesas o dádivas. Estamos a pocos años de celebrar nuestro bicentenario, y las decisiones que tome el gobierno a partir de ahora, serán primordiales para asumir nuevos retos después del 2021.El Perú es un país de cambios, de acciones y de desafíos. Y todos estamos llamados a ser parte de ese cambio.