Cuando leo los diarios peruanos desde la distancia la emoción que me invade es el de la perplejidad y más cuando oteo la sección política. La RAE señala sobre el significado de perplejidad lo siguiente: Irresolución, confusión, duda de lo que se debe hacer en algo. Pareciera que se vive bajo un temporal zafarrancho de sobrevivencia. Es un dislate. Un agorero de la historia decía que las ideologías han muerto, quiero creer que esa profecía se ha cumplido en Perú. ¿Cómo podemos explicar la convivencia de García Pérez- Flores Nano, Acuña- Villarán, Fujimori- Huaroc (y otros que olvido citar)? Bueno, eso que ocurre en Lima también se reproduce, lamentablemente, en el ámbito regional ¿qué ha pasado?, ¿adónde nos llevan esas alianzas tan retorcidas?, ¿Nos hemos vuelto unos chalados?, ¿lo que ha primado es el utilitarismo político? Lo extraño y grave de estas alianzas altamente tóxicas para la ciudadanía es que los que han tomado esa decisión ni siquiera se toman la molestia de explicar porqué han tomado esa decisión, debe ser ese rasgo autoritario, que emerge en estos casos, que los peruanos y peruanos tenemos en el ADN. Les importa un pepino la opinión de la gente. Parecieran decir: Yo hago lo que me plazca y no necesito dar cuenta a nadie. Sí piensan así, se equivocan. Los ciudadanos y ciudadanas tenemos sentimientos de confusión, de decepción ante decisiones como estas. No las entendemos. Ellos y ellas, que posiblemente, encarnarán la soberanía popular deben explicar sus decisiones, sí que nos importan. Necesitamos saber las razones de por qué ese cambio de giro, y de acuerdo a eso, lo valoraremos y pensaremos en votar por ellos o ellas o no. Pero deben explicarse, con huídas hacia delante poco favor hacemos a la democracia.