Un pequeño ejercicio de flashback político cercano nos permite mirar lo que sucedía hace cuatro años en el escenario regional. Nada ha cambiado, infelizmente. Nada. Y este articulista no está motivado a reiterar las conclusiones de las gestiones ediles y regional que el pueblo puso con su voto en octubre del 2014. La motivación principal –aunque tampoco con mucho entusiasmo, es verdad- es mirar lo que tendremos como opciones el próximo año cuando tengamos que elegir a los reemplazantes de las actuales autoridades.

En agosto del 2013 se hablaba de alianzas electorales que luego fueron diluyéndose. En Iquitos, por ejemplo, pasaron por el grupo de Mi Loreto candidatos como Manuel Noriega, Dante Perea y, finalmente Juan Carlos del Aguila. Hoy esos postulantes están en otros quehaceres, Noriega como empleado en el Despacho de Del Aguila y Perea en su labores profesionales quizás mirando de reojo el ajetreo pre electoral. En ese tiempo nadie se imaginaba que la alcaldesa Adela Jiménez se convertiría en candidata del MIL, grupo que le permitió mantenerse en ese cargo por cuatro años más. Los candidatos a la Alcaldía de los distritos que finalmente ganaron las elecciones no estaban aún definidos –con excepciones, por supuesto- en los grupos que postularon. Y así sucede en todas las provincias y distritos. En Requena, para mencionar un solo caso, el candidato que fuera del MIL hoy se pasea con el logo de Mi Loreto. Puede cambiar, sin duda.

Este agosto tenemos más candidatos que grupos participantes. Como siempre. La mayoría de ellos han copado las redes sociales en un espejismo increíble de estos tiempos. Creen que lo virtual pasará a convertirse en real, tan sólo por diseñar un banner con un slogan tan atractivo como demagógico. Algunos llegan al absurdo de creerse populares con menos de dos centenares de likes y un par de docenas de comentarios de no más de tres personas. Viven, literalmente, en la nube de las redes sociales. Cuando la experiencia de estos tiempos demuestra que las redes sociales son complemento y no exclusivos. Nadie sabe de dónde ha salido esa versión casi cantinflesca de convertir en excluyente las redes sociales. Esto llevado a la política electoral es una derrota segura. Sin embargo, no hay duda que –lo que no sucedía en el 2014 en Iquitos y todo Loreto- en las elecciones de octubre del 2018 las redes sociales juagarán un papel importante, con toda la basura trolera que se evidenciará pero no eliminará.

Una rápida mirada al panorama electoral en la región nos lleva a la conclusión que nada cambia. Nuevos rostros con los vicios prematuros de los antiguos. Experimentados que con esa característica pueden marcar la diferencia para ganar. Un análisis epidérmico nos lleva a la conclusión que todo cambia para que nada cambie. Y los electores, seguimos siendo los mismos.