Escribe: Jorge Martín Carrillo Rojas

Luego de mucho tiempo estoy corriendo contra el reloj para cumplir con el envío de mi columna, que no sé si le interesará a los lectores. Pero lo que en realidad es cierto y es una confesión sincera, es que para mí es la mejor manera de botar de mi cabeza un sinfín de ideas, además de mejorar mi redacción, pues los perfectos, creo no existen.

Y les digo que hoy me jode escribir de los periodistas – o como dice el muy ilustrado vice decano del Colegio de Periodistas de Loreto- y de los comunicadores. Y me jode porque, o no nos hemos dado cuenta, o nos hacemos los cojudos, pero muchos están en una suerte de defensores de autoridades. A quien le caiga el guante que se lo chante. Somos una ciudad tan pequeña, olvidada y casi destruida que sabemos quién es quién y mucho más entre los periodistas o comunicadores o simples ciudadanos que alquilan espacio para vociferar.

En ese orden de cosas, y como siempre se dice que entre periodistas no nos vamos a leer las manos, existen los que ahora son discípulos de la autoridad regional de turno, otros de la autoridad provincial de la que tiene como distrito a Iquitos y están los distritales. Los periodistas “regionales”, no todos, valgan verdades, se enfrascan en diatribas hasta más no poder con los periodistas “provinciales” y “distritales” y viceversa.

Algunos fungen de seguridad, asesores y hasta de cuidadores de que no se le pregunte demás a tal o cual autoridad. Es decir, un periodista califica a otro periodista de malcriado por seguir preguntando, cuando lo que hacemos los periodistas es preguntar hasta el hartazgo, investigar y hacer lo mejor posible nuestra chamba. Y resulta risible que en estos tiempos los periodistas tengan que hablar por una u otra autoridad. Como para decir que los elegidos se quedaron mudos o tienen tanto temor a simple fulanos y menganos que somos los periodistas y no pueden dar la cara.

Claro está que los periodistas sabemos los riesgos de lo que es cubrir alguna comisión, pero jode cuando se quiere coactar la libertad a punta de empujones en lo que incluso participan, cual chalecos, periodistas que creo saben perfectamente la labor que cumplimos. Y no me vengan a calificar que por ser de tal o cual universidad, porque el hábito no le hace al monje, se es buen o mal periodista. Porque si de eso se trata, me atrevería a convocar a un concurso de redacción de crónicas o una investigación y que se publique en un medio escrito, televisivo y si es factible radial para ver quién dice mucho y es poco o nada.

Carajo, ya me calenté, mejor paro.

Solo quiero expresar mi respaldo a los colegas Elvis y Pablo, a sus camarógrafos Raúl y “Peluchín”, y a Rusbel a quienes conozco, podremos discrepar y los respeto. Demás está decirles que este bello y hermoso oficio al cual muchos “colegas” le han hecho daño, siempre seguirá siendo así de jodido pero apasionante. A seguir bregando y a los que andan a diario en el papel de estar uno en una esquina y el otro en la otra diciéndose la vela verde, que ya no sigan jodiendo a este noble oficio. Algo final, para la chamba de ser personal de seguridad es mejor contratar a profesionales, porque hasta en eso hay muchos que fungen.

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