En las aguas revueltas del río Santa, arteria fluvial que dicho sea de paso no pasa ni cerca ni lejos del distrito de San Juan,  podrían ahogarse las palabras pronunciadas ayer por la respetable alcaldesa Mirna Villacorta Cárdenas. Porque son frases para el agua del olvido y que no responden a la cuestión de fondo: la vapuleada consultoría hecha por un militante de su propio partido, defendida a capa y espada por un funcionario que milita en el mismo partido. La respetable dama, como a la defensiva, como evadiendo el tema central, dice que estamos embarcados en una gesta de demolición en su contra. Nada más falso. Nada tenemos en su contra. Sería absurdo adquirir un encono gratuito contra alguien que ocupa un cargo edil. De modo que por allí no va la cosa.

El lejano río Santa corre por su cauce sin detenerse nunca y no pasa por la Plaza Roja, ni por el Mercado Artesanal, ni por la entrada a Santa Clara. Es decir, no deja de ser lo que es. La respetable señora alcaldesa, al no responder sobre los cuestionamientos rotundos de este diario, deja su alto cargo y, queriendo o no, se convierte en una defensora de la partidocracia. Defensora acérrima que no vacila en saltar con garrocha y decir que nos empeñamos en acabar con su buena imagen. Pero nada del economista medito a educador, nada del error fluvial, nada de las cifras cambiadas. Nada de Nada. Sólo evasiones, agresiones y hasta  insultos contra el medio que lo cuestiona.  

El río Santa no puede ser sacado,  por  arte de oscura magia, de su cauce natural y acomodado paralelo a la carretera hacia el aeropuerto. De manera que hay que reconocer que el consultor de marras estaba más perdido que refresco helado en un incendio.  Y se  hace sospechoso de plagio de otras experiencias, de otros ámbitos. De manera que, recomendamos, con respeto indudable, con educadas maneras, a la señora alcaldesa que deje de defender así a la partidocracia que ha hecho otra de las suyas.  Además, con más respeto y tanta educación, le recomendamos que  en otra oportunidad tenga más cuidado en elegir a los encargados de realizar importantes estudios para el beneficio de la comunidad que representa.