Este sábado 4 de marzo se realizó la marcha contra el currículo educativo nacional, promovida por el colectivo “Con mis hijos no te metas”, como una muestra del control social y participación ciudadana en contra de la vulneración y flagelo de los derechos de los niños, a quienes se les enseñaría desde temprana edad que pueden elegir su opción sexual, según lo dicho por quienes conforman el colectivo mencionado.

Pero, ¿en realidad lo que hace este colectivo es participación ciudadana ejerciendo control social? Recordemos que el control social es el poder que tenemos los ciudadanos de controlar y fiscalizar el accionar de nuestros representantes y funcionarios públicos. Asimismo, sobre el particular la doctora Mayen Ugarte, en el libro “Apuntes para apoyar la discusión del proceso de descentralización”, conceptualiza la participación ciudadana de la siguiente manera:

“La participación ciudadana debe involucrar, en la toma de decisiones públicas, a cualquier actor – individual o colectivo – que actúe en función de intereses públicos o susceptibles de ser defendidos como tales. Sin restarles importancia ni desvalorar su aporte, las mesas de concertación, los Consejos de Coordinación regionales y locales, las mesas de lucha contra la pobreza y otros mecanismos participativos, suelen ser discusiones entre el Estado y sólo algunos sectores de la población, centradas en cómo repartir los recursos disponibles. Cuando una estructura de tejido social es muy débil, estos tipos de espacios se vuelven vulnerables de ser capturados políticamente como formas de clientelismo e incluso corrupción.” (Ugarte 2005: 66).

Como podemos apreciar, esta concepción resalta que en una estructura social de tejido débil, lo que usualmente sucede es que se generan por la captura política, diversas formas de clientelismo político, lo cual se puede confundir con participación ciudadana. Ante esto, es menester recordar también que todos los ciudadanos en su conjunto como sociedad, los políticos y servidores públicos en las distintas modalidades, somos quienes configuramos el aparato público, y para un buen funcionamiento del mismo se necesita el engranaje de todos los componentes, siendo la sociedad uno de ellos; si su estructura falla todo fallará.

Entonces cabe realizar la siguiente pregunta, ¿cuándo una estructura social es débil? Desde mi punto de vista, una estructura social débil se genera cuando la ciudadanía no se relaciona o involucra con los hechos que le afectan en su conjunto, o siguen tan solo intereses privados.

Hecho este análisis, dejo a su interpretación estimados lectores si lo realizado por el colectivo “Con mis hijos no te metas” es participación ciudadana o simple clientelismo político, avalado por alguna organización política que quizá busca desestabilizar. No sin antes recordar que la participación ciudadana y el control social se encuentran basados en información real y consistente para una correcta y real realización, ¿lo que nos propone este colectivo es correcto, basado en información real y consistente?, meditémoslo.

Miguel Angel Rojas Rios

Abogado

BIBLIOGRAFÍA

UGARTE, Mayen

2005     “Apuntes para apoyar la discusión del proceso de descentralización”. En INSTITUTO PERUANO DE ECONOMIA SOCIAL DE MERCADO. Lima: Fundación Konrad Adenauer, pp. 66.