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¿Para qué ver noticias? Si cuando las pasan por televisión las pasan tan rápido que es casi imposible realizar un análisis respecto a ellas. Por el contrario, cuando la noticia terminó de ser narrada, solo se recuerda el titular y si no es porque la misma noticia es repetida varias veces al día, sería imposible recordarla. Pero su repetición constante no solo hace que se recuerde más, sino que incluso uno se pueda llegar a cansar llegando a suplicar a los propios sentidos, que olviden pronto esa noticia.

¿Para qué ver noticias?  Si la realidad es dura y lo único que hace la televisión es mostrarnos todo lo malo que acontece en el mundo. Hace solo unos días Donald Trump anunció el retiro de los Estados Unidos del Acuerdo de París, un Acuerdo entre naciones que nos proponía una serie de acciones entre países para hacerle frente al cambio climático. Probablemente el acuerdo verde más importante de los últimos tiempos.

 ¿Para qué ver noticias? Si se corre el riesgo de terminar como Homero Simpson, sentado en un sillón, de un lado con un control remoto y del otro, una cerveza. Además de una barriga que no deja de inflarse. En tanto del otro lado, una esposa que aun con palabras sabias y dulces, no logra alejarlo de la TV.

¿Para qué ver noticias? Si ante un delito nunca encuentran o tardan en encontrar al culpable. En tanto una madre, unos hijos, o amigos sufren del otro lado de la televisión.

¿Para qué ver noticias? ¿Para ver cómo es que la reserva de nuestro país se está yendo a manos de la indiferencia? Y con eso hago mención a los 4 jóvenes militares de entre 18 y 21 años que fueron encontrados nuestros a la orilla de la playa Marbella en Magdalena del Mar, y sobre los que nadie sabe nada.

Entonces, ¿Para qué ver noticias? Pues para eso, para estar alertas ante lo que se podría venir. Desde un presidente que de cuando en cuando parece que va a enloquecer y que el mundo fuera lo último que le importa. Para evitar los nuevos vicios que se generan – como el caso de Homero – por ejemplo.

Del mismo modo, y más importante aún, para estar pendiente de nuestros jóvenes y responder a ellos como abanderados de una generación. Aquellos quienes se estaban preparando para servir a su patria, reciben una muerte en el anonimato, sin explicaciones y en el  frio del invierno.

¿Para qué ver noticias? Para que, aunque estas pasen rápido y nos muestren – casi siempre lo peor – estar alertas frente a lo que ocurre a nuestro alrededor, que si no nos gusta la realidad en la que vivimos, no nos queda otra que cambiarla nosotros mismos, y si no participamos en su cambio, no corresponde quejarnos. Mucho menos.