Por Miguel Donayre Pinedo

Sabemos que la prensa deportiva es una de las peores en calidad, está casi al nivel de la prensa rosa que airea rozamientos y lubricaciones de las estrellas o estrellitas de la farándula. Pero la prensa deportiva en España llega a nivel de la hez. En estos cuatro enfrentamientos del Real Madrid contra el Barcelona se les ha visto el plumero. Adoran al entrenador del Barcelona quien inició su desafortunado envite contra el equipo rival [habla de los valores del Barcelona y me produce risa, ¿cuáles son?, ¿simular faltas?, ¿insultar al jugador rival por su color de piel?, si esos son los valores de ese equipo, vaya escoria que son], pero cuando le responden culpan al entrenador del Real Madrid (¿será ese españolismo que todo fascista social lleva dentro?). Un país y una prensa que se mira el ombligo y se regodea en sus estupideces. Al diario EL PAIS llegaron reclamos a la Defensora del Lector por la conducta poca deportiva y equilibrada de sus comentaristas, ninguno se salva, son de la peor carroña. Las entrevistas son inducidas para afear al rival, en este caso el Real Madrid [no creo que Mourinho sea un santo, pero lanzar panegíricos a un entrenador que nos dice que miente con el lenguaje gestual como Guardiola es simplemente poco serio]. En las redacciones de medio pelo de ese periódico nadie hace justicia poética. Un torpe de esos periodistas puso en el mismo lado de la balanza a un jugador del Real Madrid con un líder conservador ¿se pueden creer eso? Y este mostrenco periodista se escuda tan pancho en la libertad de expresión. Otro de ellos es redactor catalán y en sus comentarios exuda el sudor culé y lo único que hace es difamar al equipo contrario. Es lamentable y van de periodistas “progres” y sensatos. Dan repelús.