Un honesto

Por Miguel Donayre Pinedo

Las declaraciones con sesgo político de Mario Vargas Llosa me repatean. Pero hay que destacar la hidalguía y la honestidad de renunciar a la Comisión Del lugar de la Memoria. Su carta de renuncia lo demuestra. No podía ser más con la “triquiñuela” legal hecha por Alan García Pérez. Era un Decreto Legislativo trampa (también creo que su conversión política es una trampa, está donde el sol más calienta). Ese decreto de marras era y es una afrenta a la memoria de la víctimas, a los peruanos y peruanas de a pie que creen que es posible un país diverso, plural, sin corrupción y con memoria con lo que pasó, preferentemente, en los Andes.  69,000 víctimas reclaman justicia en un país que todavía le cuesta mirar atrás. Mi perplejidad crecía porque uno de los Ministros, el de Justicia, había sido miembro del Tribunal Constitucional y se hizo el ciego, el sordo y el mudo. Calló como un irresponsable. Ojala se puede enmendar tamaño dislate.