Los viejos fantasmas

Por Miguel Donayre Pinedo

Cada país saca lo peor de sí en los momentos críticos, en esos momentos se ve si se cumple lo que tanto predican. De la retórica a los hechos, dirían los más pragmáticos. El país que se llena de babas con los derechos humanos es Francia y la Unión Europea (UE) hace juegos salivales con ellos, pero la práctica dice todo lo contrario. Estos no se respetan ni se protegen como deben ser. La persecución a los gitanos hecha por Francia no tiene nombre a pesar de ser estos ciudadanos europeos. Los presidentes de la UE se hicieron los locos, miraron para otro lado. Nadie le dice nada a Francia, salvo una valiente mujer dentro de la UE, la Comisaria Viviane Reding. Pero en España, siempre tiene líderes palurdos y catetos, al día siguiente una candidata conservadora catalana para más señas, de la mano de una diputada francesa de derechas se fue a un barrio gitano en Cataluña para recoger las quejas contra los gitanos. Es racismo puro y duro. Así andamos de mal. La población en general reacciona con tibieza, así pasó con la discriminación a los judíos hace un tiempo (luego de gitanos vendrán los africanos, los sudacas, los chinos, etc.). Es la pesadilla que a Europa le gusta revivir.