¿El día del libro?

Por Miguel Donayre Pinedo

El día del libro en Isla Grande, un  lugar perdido de la floresta, pasó con más pena que gloria. Allí no se lee, es más se jactan de no leer ninguna novela o libro de poesía. Es el trópico húmedo, dicen los peregrinos como excusa. Los insulares no quieren tener esos rasgos de intelectuales arracimados en las torres de marfil. Se mofan de esas posturas inanes. Ellos son prácticos, adoran el comercio y la pachanga perpetua. Se desgañitan de ser regionalistas aunque este sea un concepto huero. Un libro les puede generar un serio dolor de cabeza o sueños de largo aliento, se aburren. Pero según las crónicas eso también sucede en países como España. Se da tanto bombo al libro y tenemos que más del cincuenta por ciento de la población no lee un libro al año o los que leen prefieren leer los libros de Pep Guardiola, punzante escritor catalán de gran futuro que amenaza a Quim Monzó o las memorias de un personaje de la farándula y su tránsito por las drogas, orgías y otros deslices. Así andamos entre mocos y babas en este día del libro.