Candidatos

Hay de todo. Y cuando uno se acerca a ese todo, en verdad, se asusta. Porque lo que se viene, con excepciones minoritarias, es malo. Pero, ya sabemos, en cuestiones políticas, siempre podemos estar peor:

Candidatos que más les importan los negocios que el Bien Común.

Candidatos que creen que el Congreso es un espacio para los negocios y las cuchipandas.

Candidatos que no tienen una puñetera idea de lo que significa legislación.

Candidatos que invierten demasiado dinero en paneles y mítines y nada en su propia capacitación profesional.

Candidatos que ansían ser congresistas para poder vivir en Lima y no volver a candidatear nunca más por sus regiones (no son pocos, uno hasta es ahora presidente del Congreso).

Candidatos que se ilusionan con el poder y se olvidan del deber.

Candidatos que bailan muy bien y reflexionan muy poco.

Candidatos que confían mucho en su cara bonita, en su peso, en su mirada, en su cuerpo y en el photoshop de sus afiches.

Candidatos que buscan desesperadamente unos cinco, diez, veinte mil dólares que necesitan para lograr ingresar en el Club de los más afortunados ciudadanos de este país.

Candidatos comechados, ayayeros, vagos que buscan desesperadamente operadores políticos para ponerse a trabajar.

Candidatos que creen en el carisma de su entorno para ganar.

Candidatos que creen cosas incapaces de lograr.

Candidatos que asumen que probablemente no conozcan mucho de historia, geografía, demandas económicas del país, pero sí cerrar licitaciones y buenas pros por lo bajo y con mucha turbidez.

Candidatos que siempre estarán bajo la sombra de un padrino.

Candidatos que se llenan la boca hablando de derechos pero son incapaces de respetar, usualmente, los derechos fundamentales de las personas.

Candidatos que van alquilando semanalmente orquesta musicales y dotación de alcohol, pero les interesa nada, absolutamente, de generar talleres de capacitación para sus simpatizantes.

Candidatos que asumen que la gente no le interesara que hablen mucho de propuestas serias y coherentes si es que puede regalarles comida o llaveros con diseños espantosos.

Candidatos que les importa un comino la política, que abominan de la política y sin embargo entran a la política para ver de qué modo lograr escalar en su camino cierto de arribismo.

Candidatos que bailan todas las semanas pero probablemente no hayan tocado un libro en años.

Candidatos que alcanzan niveles espectaculares de orfandad en cuanto a conocimientos sobre la Amazonía, pero sin embargo pretenden defender y representar a la Amazonía.

Candidatos sectarios que no dudarían un instante en votar por consigna por los intereses de su partido o personales antes que por los del departamento que lo eligió.

Candidatos que prefieren no polemizar, que se mueren de miedo de debatir, que rechazan tajantemente cualquier entrevista o panel medianamente independiente.

Candidatos que  creen firmemente que los votos no se conquistan, sino se compran.  

Candidatos que pretenden polarizar las elecciones con propuesta que fomentan los conflictos, atizan las diferencias, generar violencia, pero son incapaces de promover soluciones.

Candidatos que no podrían liderar ni sus pasos.

Candidatos que no inspiran respeto.

Candidatos que generan indignación y vergüenza ajena.

Candidatos tan envalentonados con las deplorables demostraciones de equivocación del electorado en comicios anteriores.

Candidatos que no tendrían pudor en convertirse en mentores y protectores tácitos de lavanderías.

Candidatos destinados únicamente a defender la corrupción y algunos futuros faenones.

Candidatos sin nada que aportar.

Candidatos solo embelesados con su foto y su cara.

Candidatos sin Dios, ni Patria, pero con plata.

Candidatos que no buscan a Dios ni la Patria, pero buscan desesperadamente la plata.

Candidatos que, lamentablemente, no contribuirán a la solución, sino serán parte fundamental del problema.

1 COMENTARIO

  1. Excelente artículo Paco. Hay que agregar que esta categorización que haces se refiere a los «políticos» entre comillas. Recuperar el verdadero sentido y concepto de la Política (con mayúscula) requerirá de gente nueva, bien formada, académica e intelectualmente, y honesta, por encima de todo. Felicitaciones Paco. Un abrazo.

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