[Escribe: José Luis Rodríguez Siguas].

 museo-va

Hace un par de semanas abrió sus puertas el Museo Iquitos, impulsado y auspiciado por la Municipalidad Provincial de Maynas, lo que fue bien recibido por la población y algunas personalidades del medio como símbolo de progreso en el campo cultural, lo que es loable hasta cierto punto, sin embargo hay algunos aspectos que tienen que mejorarse –y esto dicho con el mayor respeto– pero serán las personas indicadas (es decir, intelectuales conocedores de la Amazonía  por un lado y los conocedores de museografía) los que den su punto de vista sobre el tema.

Este escrito va a tomar como referencia algunos aspectos solamente, pues los errores son evidentes, veamos.

En la placa recordatoria del museo se lee lo siguiente: “Se inauguró con ocasión del sesquicentenario [150 años] de la fundación de la ciudad en el Parque Zonal”, hasta donde sabemos, Iquitos no tiene fecha de fundación, solo hay referencia a la Fundación del Puerto Fluvial (pero hagamos una atingencia, los puertos no se fundan, como dijo alguna vez el profesor José Barletti) y no hay que ser eruditos para saber eso.

De entrada nomás uno se encuentra con una información descabellada, pues se presenta las lenguas de la Amazonía agrupadas en nueve familias lingüísticas y una más sin clasificación, que dirán sobre esto los antropólogos y lingüistas ¿adónde fueron a parar las otras familias lingüísticas?

Y cuando se está camino al segundo piso se encuentra con el cuadro de Gino Ceccarelli “La runamula”  y uno se pregunta: ¿por qué no le pidieron al maestro Gino que retoque su cuadro?, es lo mínimo que se puede pedir pues los rasguños y otras manchas que tiene el cuadro en mención en verdad que molesta, y me molesta porque a Gino lo admiro y aprecio mucho (Gino es el mejor pintor que tiene la Amazonía y él nunca ha necesitado meterse en los meandros más sucios de la cultura para conseguir el prestigio que hoy tiene).

Pero bueno, uno está en el segundo piso y se encuentra con cada pachotada; se detiene en la parte donde está el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y se lee lo siguiente: “Cuatro de sus novelas han incluido a nuestra selva y a la ciudad de Iquitos”, y al costado están las novelas “La Casa Verde”, “Pantaleón y las visitadoras”, “El sueño del celta” y “El hablador”. Entonces uno hace memoria que Iquitos en “La Casa Verde” solo aparece en ínfimas cantidades, que en “Pantaleón y las visitadoras” las mujeres de estos pagos salen mal paradas y uno comprueba que la novela en mención reafirma los estereotipos cojudos de la mujer amazónica, y que en “El sueño del celta” MVLL describe a un Iquitos sucio y bullicioso; y entonces, uno mira la portada de “El hablador” y se pregunta ¿qué quiere acá esto?, si Iquitos no asoma por ningún lado en esta novela, si las acciones de esta buena novelita suceden en la selva del Cuzco y Madre de Dios, entonces si un maestro de literatura lleva sus estudiantes a ver el museo les dirá que “acá hay un error que se le pasó al redactor”, nada más hay que decir, supongo.

Bueno, en realidad hay muchos errores de qué hablar (las faltas ortográficas, por ejemplo, en una de las paredes se lee “mátses” y no el consabido “matsés”), esto solo es un pequeño comentario, solo agregaré que este museo es un primer paso para un museo mejor, es una tarea pendiente.