La ciudad de Murcia nos recibió pasada por agua. La lluvia fue nuestra compañera de ruta hasta el concierto de Rhodes. Con los pies calados de frío llegamos al encuentro con este pianista. Fue un buen concierto en el Teatro Romea. Rhodes se entrega todo en cada pieza musical de Chopin, Bach, Mozart, Beethoven entre otros – muchos de ellos interpretado sin partitura. El concierto es intercalado con apostillas del concertista sobre los autores que interpreta o sobre la actualidad, sí, con la rabiosa actualidad. Trata de ganar adeptos a la elitista música clásica y por eso viste, en la presentación, de camiseta y vaqueros. Su intención es romper ese encorsetamiento que envuelve a la música clásica, es normalizar este espacio de refinamiento, muchas veces, espúreo. El teatro Romea de estilo ecléctico, es muy acogedor y tiene ciento cincuenta años de historia por medio que se dice poco. Estuvimos en la zona que se llama el Paraíso, es decir, en las últimas plantas del teatro porque casi todas las entradas estaban reservadas. El nombre quizás se deba que al estar en esa planta se roza el cielo. Salimos muy contentos. Al día siguiente, rogando que pase el temporal, estaba como tarea descubrir la ciudad. Y los ruegos a los dioses fueron escuchados, hizo buen día. El hotel donde nos hospedamos, en el centro histórico, que está muy bien conservado y limpio nos dio tiempo para hacer una buena ruta mirando edificios emblemáticos y, por supuesto, el rio Segura que como amazónico no deje de visitarlo, el agua y los que nacimos en la floresta hay una suerte de comunión. Hay que saber leer los ríos. Esta ciudad es muy acogedora, muy lejos de la mala leche tan española. Las personas con las que hemos tratado en muy afables y algunas de ellas, con gracejo local, que le dan su toque particular. Así sin lluvia en el horizonte y con el mapa en la mano recorrimos los puntos de interés como la Catedral (un antiguo minarete) que se divisa por todos los ángulos donde uno esté del centro histórico, es simplemente impresionante. Uno disfruta mucho caminar porque muchas de sus calles son peatonales. Se goza mucho de la tranquilidad. Es un lugar geográfico con mucha historia de por medio como muestra su gastronomía porque estamos en la huerta de España.

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