Mujeres

Moisés Panduro Coral

Tiene los ojos verdes. Hay infinidad de tonalidades del verde. Algunos verdes como el oscuro no son agradables porque según los intérpretes de los colores el verde oscuro tiene tanto de indescriptible y de avaricia como poco de frescura y de exuberancia. Los ojos de ella nada tienen que ver con el verde oscuro. Sus ojos son del verde de hermosa tonalidad clara. El color del esperantismo. El color con el que hay pintarse la cara cuando hay que tentar al futuro con el corazón. De hecho su corazón, a pesar del color rojo de su músculo y de la sangre que riega y alimenta su andar imperturbable de siete décadas debe estar teñido enteramente de verde claro. Si la he visto miles de veces.

Lleva el nombre de una princesa judía patriota que amó mucho a su pueblo. Y dicen que su nombre deriva del mirto, una planta oriental que produce una flor en forma de estrella. Sin embargo, más allá de la raíz nominal, este bonito nombre que resuena en mis oídos desde antes que empiece mi edad terrenal está asociado a la fe y a la determinación con la que ella ha asumido la vida. Porque hay que tener abundancia de buena fe para creer en la bondad de todos. Ella cree en el amor al prójimo, la generosidad, la humildad, la esperanza. Pero el mundo cree en el dinero, el placer, la codicia, la vileza. Presiento que ella no sabe aún que lo que hoy domina el mundo es el afán neurótico de poseer y guardar riquezas. Ojalá nunca lo sepa, porque su bondad de madre no merece tamaña decepción.

Porque hay que tener determinación para criar ocho hijos que después tienen que partir; para quedarse -por voluntad propia- sola en la misma casita donde comimos, bebimos, lloramos, reímos, jugamos, y desde donde llegado el tiempo cada cual tomó su camino. Y amarnos como nos ama. Y no olvidarse de ninguno en sus oraciones. Y esperarnos allí como nos espera, entre los cerros azules y las aguas claras, entre el ripio de las calles del barrio y la huerta pletórica de verdes de clorofila, entre las cenizas vivas que son un sumario del cuerpo del viejo querido y las fotos en blanco y negro que deniegan cualquier olvido.

Y continuar mirando la vida con sus ojos frescos, esperanzados, de verde claro.

 

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Ella también tiene nombre de princesa. De princesa árabe de las mil y una noches. No es princesa, sin embargo. Es una guerrera de las mil y una batallas de la vida. No ha vivido en fastuosos palacios de joyas, sedas y lujos. Ha crecido entre arrozales y campos irrigados caminados con sus pies descalzos. Llegó a esta selva de omagua con la tristeza del amor que no pudo ser. Sabe que el hambre es una sabandija que exige saciarse. Sabe de cómo los cobardes y pobres diablos proponen un chantaje, de la ausencia de quienes uno ama, del abrazo que une pulsos y de la infelicidad que trae el rompimiento de un romance.  Sabe de luchas y de victorias, de trompazos de la vida, de pasión por los ideales. Compañera combativa.

En los tiempos dictatoriales vivió el horror del despido arbitrario.  La sacaron con un examen que era una patraña, la dejaron sin chamba, la condenaron al oprobio. La quisieron quitar sus sueños, mas no tiró la toalla. Inició su guerra, su propia guerra para asirse de sus sueños. Fue asadora de polladas, fumigadora –motomochila en la espalda- contra el dengue, tramitadora de papeles, custodia de reliquias. Se hizo madre y su coraje se potenció para mantener de pié a sus compañeras de lucha, para levantar a quienes pretendían arrodillarse ante la soberbia, para infundir ánimo a los que querían desfallecer en los largos años de esa guerra. Estudió, se preparó, se graduó. Perdió batallas como aquella vez en la que tropezó con el fallo de un juez miserable que, – chancado de mano por los mercaderes del poder-, declaró infundado el caso laboral que con padecimientos encaminaron al poder judicial. Supo así que si buscaba justicia se había equivocado al recurrir a la podredumbre.

Entonces reinició su guerra con más decisión. Se convirtió en sindicalista de desempleados e hizo noticia nacional cuando se enterró de pié, -siempre de pié-, y a cuerpo entero en la avenida Quiñónez en Iquitos para personificar una lucha que le acarreó nuevos sinsabores por el escarnio que de su persona hicieron los adulones del poderoso de turno. Puso carpas en la entrada, y allí pasaron lluvias, soles, navidades, onomásticos, años nuevos. Como eso no bastó para que la soberbia adueñada del poder regional les repusiera en su puesto de trabajo, se desangró delante de las cámaras, ofrendó su sangre para derrotar a la arrogancia. Y la derrotó. Tras catorce años de guerra, -periodo en el cual transitó desde su juventud impulsiva hacia la  adultez reflexiva-, finalmente se alzó victoriosa como lideresa de una veintena de compañeros, entre hombres y mujeres.

Y es que el pan no habido en la mesa, la amargura de los platos vacíos, la sed quemante alimentada por el atropello, el llanto de una niña, son el combustible de los que combaten por un mundo más justo. Y ella, mujer guerrera, lo sabe.

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No tiene nombre de princesa. Su nombre es el diminutivo del nombre de una conductora infantil muy popular en Perú. Su llegada al mundo es producto del amor (¿amor?) de dos adolescentes hace ya un cuarto de siglo. Nacida la niña, los adolescentes tomaron su rumbo, y ella con sus tres embrionarios meses viajó a otros brazos, al seno de unos tíos que la cuidaron. Creció, pasó su adolescencia, llegó su juventud. Dice padres a los tíos que le honraron con sus apellidos. Y dice tíos a sus padres biológicos, ambos con su familia constituida.

En el tiempo que la conocí desarrollaba sus prácticas técnicas en una institución pública. Y cuando me contó su génesis me pregunté a mi mismo por qué su inocencia reservada tenía que pagar las culpas de los que en estas historias aparecen sin  culpa. Su sonrisa era, es, bonita. Sé que sufría. ¿Por qué?. No lo sé a ciencia cierta. Pero un día, en mi escritorio, encontré un papelito que decía: “Rosas negras rodeándome, espinas rasgándome el corazón”.

Me quería decir algo. Hablamos. Le hablé de mi vida. Y es que el libro de la vida del que cada uno es autor puede ser la linterna para otro libro en construcción, la llave que abre las puertas de la esclavitud, el aire limpio que necesita un espíritu joven para no contaminarse del rencor. Y así fue. Le arengué a que persiga sus sueños, a que no detenga sus pasos. Sé que lo logró. Es contadora. Seguro que no fue fácil. Porque las rabias no pueden distanciarnos del amor. Porque las privaciones se pueden rellenar con las ilusiones activas. Porque las carencias no pueden vaciar nuestros sueños. Porque las penurias para qué sirven sino es para alzarnos sobre ellas y volar libres.

Hoy veo su rostro en el facebook. No hay ni la sombra de esas espinas perversas, ni una pizca de esas rosas negras. El fondo de sus fotos está tachonado de un jardín de rosas multicolores, y en su polo azul eléctrico hay un “te amo” en letras blancas atravesando un corazón rojo sonriente.

Es feliz. Y su felicidad es mi felicidad. Y de los ojos verdes. Y de la guerrera. Y de ustedes en este Día Internacional de la Mujer.

13 COMENTARIOS

  1. oe webon, imagino que por esto te van a dar una paliza que ojala te deje sin miembro… viejo verde

    • ¿don Juan?. Pobre tarado, mi hermano no es un don Juan, no es ningun viejo pero tampoco es un bolsudo como tu.

  2. Que hermoso debe ser estar ropdeado de reinas y princesas, ha de ser maravillosa su vida sr Panduro como la de todo politico, en verdad su articulo me encanta … Lastima que haya metido la pata puesto que tiernre rsdposa y dos hijas dentro del matrimonio… Tengo entendido que tambien una nieta… Si tuviera que elogiar a alguien luego de mi madre seria a mi esposa que me aguanta mis estupideces, que se levanta a atenderme cuando llego y a la hora que llegue, quien esta conmigo aunque sea indigno de su companhia, la que alguna vez dijo si acepto y decidio pasar la vida conmigo… Desde aqui le envío un fuerte abrazo y piense antes de actuar y tebga cuidado con sus publicaciones que solo le traeran problemas. El titulo de su articulos seria A TODAS MIS MUJERES

    • Le felicito a usted señor por tener un hogar perfecto, no todos pueden lograrlo.

  3. Que bonito escribes MOISES en tu homenaje a la mujer. Pero te olvidaste de una cuarta mujer, madre de tus hijos, la que soporta todo en silencio y a la cual no dudas en acudir cuando te encuentras enfermo y con preocupaciones, y ella te atiende con mucho amor sin esperar nada a cambio. La cual me parece totalmente injusto tu poca gratitud.

  4. Que bonito escribes MOISES en tu homenaje a la mujer. Pero te olvidaste de una cuarta mujer, madre de tus hijos, la que soporta todo en silencio y a la cual no dudas en acudir cuando te encuentras enfermo y con preocupaciones, y ella te atiende con mucho amor sin esperar nada a cambio. La cual me parece totalmente injusto tu poca ingratitud.

  5. Ayyy Moisés…
    A propósito, lo escrito está muy bonito…pero… a la persona que realmente debes dedicar un escrito (fuera de tu madre) no le das ni una línea…la persona que te atiende cada día, te soporta tus rabias (que de la nada aparece) ,tus insultos, tus engaños (todo Iquitos lo sabe), y a pesar de ello sigue creyendo en tí y está a tu lado 25 años aguantandote(quién lo hace??…no creas que todo es duradero). Creo que porque ahorita no tiene los recursos suficientes para «hacerte feliz» (xq yo que te conozco sólo las personas que te dan algo las consideras) por eso no le dedicas ni una sola letra. Si realmente has querido darle un tributo a la mujer…no lo has conseguido…porque no has empezado por tu ESPOSA.

    Lo que he leído hoy sólo confirma lo que muchas personas dicen de usted.

    Gracias

    • Señor, como puedes permitirte escribir estas estupideces, mi hermano no es un santo varón, debe tener problemas en su hogar aquel que no lo ha tenido que tire la primera piedra, pero no acepto por ningun motivo que te expreses así de el, tienes que ser un tarado para decir estas cosas se ve que no le conoces a mi hermano, pareces una chismosa no un varon, por que no te identificas, estúpido.

      • Lo conozco por muchísimos años (más de 20 años) no como usted que por pocos años y siendo su hermana. Y si yo estaría mintiendo no tendría porque responder la hermana de su esposa en esta publicación…me refiero a la señora Betty Vásquez… que parece está de acuerdo con el texto que he escrito. Y yendo a la parte de la política el estuvo como candidato al gobierno Regional… pero le aconsejo algo: primero debe comenzar bien por casa, administrar bien la familia porque si a pocas personas no puede manejar… ¿te imaginaras algo grande como el gobierno regional? Poco o nada me importa identificarme ante usted porque ni la conozco… si a Moisés le respondí es porque le conozco y estoy cansado de que duro esté mintiendo a los suyos.Si me identifico puedo hundir a Moisés… cosa que maestría, doctorados, diplomados no lo van a poder salvar y El lo SABE MUY BIEN. Gracias

        • Quisiera saber la razon por que nom pusieron mi respuesta a este cretino, que facil es acusar a alguien desde el anonimato cobarde, señor ¿Fransisco o Francisco?. Punto final.

  6. ESTA LINDO ESTAS TRES ESTAMPAS. UNA SUGERENCIA POR LAS DESCRIPCIONS QUE HACES DEBERIA LLEVAR EL TÍTULO DE ESTAMPAS DE MUJER, EL TITULO QUE PONES : MUJERES NO ES MUY ESPECIFICO.

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