Monólogo de un friki (VII)

Por Miguel DONAYRE PINEDO

La noticia que salió en los diarios españoles era de incredulidad. El Rey había sido operado en la cadera por un tropezón cuando andaba de cacería de elefantes en Botsuana ¿? A pesar de ser una institución constitucional,la CasaReal, no comunicó de su viaje de placer al Presidente de Gobierno. Se señaló que se trataba de un viaje privado. Claro, a todos les entró la risa. Primero, que el Rey es una institución pública y que de vida privada, poco o casi nada. Salvo, su esfera más intima. A raíz de la noticia han salido los otros trapos al sol. Primero, que la cacería de elefantes cuesta alrededor de 40, 000 euros, y el Rey se va a cazar en plena crisis económica, donde todos se ajustan los cinturones. Está demostrando una falta clara de empatía con las necesidades de las personas. Lo curioso es quela WWF-Adena, según los diarios, lo nombró Socio Honorario. Más asombro. Como demonios declara una institución ambientalista de socio honorario a una persona que les gusta cazar animales desde los años sesenta. Aún más, estos elefantes están en peligro de extinción ¿quién entiende este desaguisado? Bueno, en Perú tenemos a un Ministro del Ambiente que asesoraba a empresas mineras o un escritor que demuestra su sensibilidad y beneplácito a las corridas de toros. Si lo oyera Peter Singer, se sonrojaría. Somos hechos de muchas piezas que no calzan entre sí.