Mis respetos don Pepe Mujica

Moisés Panduro Coral

Todo el mundo le conoce como “Pepe” Mujica. Su biografía oficial dice que es de profesión chacarero, entre paréntesis, florista. Ha sido diputado y senador y lleva ya más de dos años como Presidente de la República Oriental del Uruguay, una nación que alguna vez fue llamada “la Suiza de América” por la construcción y consolidación de su democracia y por los altos niveles de bienestar logrados en virtud a una era de exportaciones que tuvo su momento más alto en los primeros 25 años del siglo XX. Es una nación pequeña en cuanto a territorio, tiene una superficie terrestre de poco más de 176,000 km2 y una población cercana a los 3 millones 200 mil habitantes, 60% de la cual vive en Montevideo, la capital.

En esta nación, la cobertura de agua potable y de saneamiento básico es casi total (99% de la población). Tiene 4.5 médicos por cada 1000 habitantes y un docente de primaria por cada 21 alumnos. Tiene una sola universidad pública, la Universidad de la República. El Índice de Desarrollo Humano de Uruguay es uno de los más altos de América Latina, y en la medición del 2010 alcanzó 0.765 un nivel comparable con el de Croacia en Europa. Y esto es así, porque es el país latinoamericano con el menor índice de pobreza (8.6% según la CEPAL) y el que tiene el coeficiente de Gini mejor posicionado de la región lo que habla de una menor brecha de desigualdad social en este país.

Allí gobierna actualmente don “Pepe” Mujica. Y de este personaje de 75 años, ex guerrillero fundador del movimiento Tupamaros me emociona su vida modestísima y su pensamiento progresista libre de atavismos dogmáticos. No vive en la residencia presidencial, sino en su chacra que está en las afueras de la capital uruguaya. Gana unos 12,500 dólares mensuales equivalente a unos 252,730 pesos uruguayos, pero según las noticias, de ese monto separa sólo unos 20,000 pesos uruguayos (casi 1000 dólares, un poco más de 2,500 soles) porque el resto lo distribuye en fondos para ayudas sociales y emprendimientos productivos. Alguien puede cuestionar que su esposa gana un salario como senadora, pero es justo apuntar que la doñita también reparte gran parte de su sueldo para dichas colaboraciones.

He leído que don “Pepe” Mujica está muy lejos de protocolos. El mismo sale a comprar las cosas que requiere en vestido deportivo, en sandalias, caminando a una ferretería o a una bodega de la esquina. Y si en algunas oportunidades debe cubrir distancias mayores, allí está su carro Volkswagen escarabajo del año 1987 que está valorado en 1,945 dólares que, además, es su único patrimonio. No tiene cuentas bancarias, y de seguro, no tiene deudas por que dice que con 20,000 pesos le alcanza para vivir cómodamente.

Este mismo hombre tan modesto y tan admirable es el que ahora, con realismo, entendiendo que el camino al desarrollo no es lineal dice “para qué producir si no puedo vender. Estoy frito, se cayeron todos los sueños. Hay que tener capital (…) y si no lo tenés, hacé alianza con quien lo tiene y no vas a perder la conciencia ni la vergüenza (…) si le podés hacer botellas a Ambev y después a Coca Cola, por favor… ¿Por qué? Porque son los clientes grandes. Si querés mantener una fábrica de éstas con bodeguitas que son macanudas, vas al spiedo…tenés que hacer alianzas con las transnacionales y vender. ¿Y qué, te pasaste al imperialismo? ¿Perdiste la vergüenza, la virginidad? No seas nabo, ubicate en el mundo en que vivimos”.

Y cuando a finales del 2010 los sindicatos le hicieron una andanada de huelgas, don “Pepe” Mujica dijo que la dirigencia sindical de su país “está reflejando a nivel nacional una eterna contradicción y una enfermedad permanente de las izquierdas del mundo: la aparición en su costado de posiciones ultra que practican el infantilismo y que significan a la larga siempre una enorme colaboración estratégica con lo peor de la derecha…que terminó abriéndole las puertas a Hitler.”

Como puede verse, la sobriedad ejemplarizadora de don “Pepe” y su autenticidad conceptual son dignas de resaltarse. Hacen mucha falta por aquí para terminar con latrocinios de fondos públicos y con arcaísmos conceptuales. ¡Mis respetos don “Pepe” Mujica!

3 COMENTARIOS

  1. Saludos Moises. Al empezar a leer tu articulo, pense que te hibas a referir al señor
    Mujica , el que tiene las service, de casi toda la proveeduria de Electro Oriente. ya es tiempom que se investigue a este señor como puede ganar casi todas las licitaciones de servicios que requiere Electro Oriente, veo que su service, reparte los recibos de Luz, Cambia los medidores de las casas cuando menos una vez al año, planta postes por la ciudad, corta la luz a los usuarios que tienen el recivo vencido, y un sinnumero mas de cosas que este señor obtiene de electrooriente, seria bueno investigarlo, y a los integrantes del comite, de adjudicacion, que a mi entender favorecen a esta empresa.

  2. Creo que te has vuelto un antiaprista.
    Demasiada diferencia con gobernantes peruanos que se la llevaron en camionadas y se creen impunes.
    Mujica nos da una verdadera leccion.

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