En la calle Jerusalén en el AAHH Paraíso, una caja de zapatos la acogía como su último refugio tras salir intempestivamente del vientre de su madre al cuarto mes de su formación.

Cynthia Greffa Vela, es la madre de esta criatura, a sus 21 años las ilusiones de tenerla entre sus brazos y acurrucarla como a su más grande tesoro se fue desvaneciendo poco a poco desde el primer momento de su fecundación.

Había venido de Puerto Maldonado para estar junto a sus padres, pero a Iquitos no vino sola, lo hizo con un regalo de Dios en el vientre. Pero por las constantes hemorragias tuvo que visitar en más de una ocasión las salas de emergencias de los hospitales.

Los médicos del Hospital Apoyo Iquitos intentaron infructuosamente salvar la vida de esta criatura, pero todo fue en vano, los sangrados continuos de la madre hizo que la vida de la madre y la de su tesoro corriera peligro. Los médicos tomaron una rápida decisión. El feto su sacado del vientre de su madre para salvarle la vida.

Cynthia aún permanece convaleciente en una cama del hospital Iquitos, sin saber que en su humilde vivienda, con un diminuto vestido rosa y con la piel fría, descansa en paz la niña que le alegró la vida durante cuatro meses de gestación. Su abuelo Eloy Greffa había pensado en un nombre para su nieta Cynthia Vanesa.

Unos vecinos de Eloy, consternados por la noticia, serrucho y cepillo en mano, decidieron armar una pequeña cajita de madera para la pequeña Cinthia. Ella no sabe lo que pasó, jamás llegó a jugar con esta muñeca, ni recibió los besos de la familia que tanto la esperaba en medio de tanta desesperanza. Es que se fue de este mundo, tan temprano, tan chiquita, sin siquiera haber visto la luz del día.