Por Miguel Donayre Pinedo

Hay ciertos personajes en la península que están en todos los plató de televisión y a cualquier hora del día. Sí, están allí hablando de todo. He podido ver en el currículum de uno de ellos que se hacen llamar tertulianos o tertulianas. Estos personajes comentan lo que le pongan como los amigos del barrio. Desde el último experimento científico hasta el gemido de placer dado por un personaje de la prensa rosa como podría ser Ricky Martín. No se les pasa ninguno. Ellos opinan de lo que sea y lo que venga. No tienen pudor ni vergüenza. Claro, gana la superficialidad. Comentan los gatuperios como las sentencias del Tribunal Constitucional sobre los Estatutos de Autonomía hasta cuestiones peliagudas de economía con autoridad cínica. Ellos van para adelante. Nadie les para los pies. Muchos de ellos son “bustos parlantes”, aquellos que en esas tertulias lanzan consignan de partidos muy veladamente. Así se forma la opinión pública por estos rincones.