[DENUNCIA QUE FISCAL LIBERÓ A COLOMBIANOS QUE LA ASALTARON].

Isabel Alvarado de Sánchez
Isabel Alvarado de Sánchez

“Nadie se explica cómo el fiscal,  de  la sexta fiscalía provincial, pudo desechar nuestra versión, y la de cuatro testigos presentes cuando, dos colombianos, me asaltaban en mi propia casa”,   señala con visible temor, Isabel Alvarado de Sánchez, mientras asegura la puerta con llave, previa mirada a ambos lados de la calle.

El asalto a doña Isabel Alvarado de Sánchez o “chabelita”, sucedió el 22 de enero de este año. Los presuntos autores, César Augusto Gómez Soto de 27 años de edad y José Antonio Tique Tique, de  35, habían ingresado a su vivienda de la calle castilla y posteriormente fueron detenidos por la policía, previo reconocimiento de la víctima y cuatro personas más. Nada les hacía presagiar que el 06 de febrero, hace exactamente cuatro días, por decisión del fiscal  a cargo Adolfo Segundo Ampuero Zagaceta,  saldrían libres,  gracias a un  único testigo presentado por los abogados de la defensa:, el mototaxista  Carlos Rodolfo Macedo Reátegui.

¿QUIÉN ES CARLOS RODOLFO MACEDO REÁTEGUI?

El supuesto testigo presentado por los  abogados defensores de los presuntos asaltantes colombianos, según la investigación policial,  estuvo inmerso en el delito de hurto agravado de un vehículo en el año 2014, y apenas el año pasado, le habían formalizado investigación preparatoria por tráfico ilícito de drogas, antecedentes que al parecer,  no le sirvieron al fiscal Ampuero Zagaceta para dudar de su testimonio por presentar antecedentes contrarios a la ley.

La suma de hechos que podrían representar una irregularidad,  van acompañados de la falta de criterio de la decisión fiscal ya que los investigados, al no habérseles  investigado adecuadamente, si cuentan con domicilio fijo, familiares e hijos en el país o  simplemente residen en la ciudad,  o cuentan con trabajo, en el caso   de ser comerciantes, tengan formas de acreditarlo, nadie se explica el por qué los dejó libres, al existir elementos suficientes de peligro de fuga.

Como tantos casos,  la historia parece repetirse. Una víctima que se atrevió a testimoniar y reconocer a sus agresores, hoy teme por su seguridad y la de su familia. “Tres abogados, tenían ellos, ahora están sueltos… tengo miedo” señala doña Isabel Alvarado, mientras recorre el espacio que le queda al frente en el marco de la puerta.