Por Miguel Donayre Pinedo

Las encuestas sobre la valoración de los líderes políticos en España revelan el sentimiento de desapego de la población hacia ellos y ellas que hacen y deshacen la cosa público. Suspenden tanto el presidente de gobierno y el líder de la oposición. No tienen una nota aprobatoria de 0 a 10 sacan menos de 5, es decir, desaprobado. Pero no es de extrañar, por estos días se vive la política en horas bajas por la crisis financiera donde supuestamente debería emerger un o una líder de condiciones. Con perspectiva de futuro. Nada de nada. La población está hasta el gorro del comportamiento cainita, de darse a porrazos, de no buscar soluciones y de echarse la culpa mutuamente. El cinismo y la camuflada corrupción [líderes con un pasado oscuro por actos de corrupción postulan con el aval de los partidos] acechan la vida política peninsular. Obviamente que estos mensajes cala en la sociedad en general. Hay que decirles a todos que se marchen, den paso a una nueva generación de ideas y de actitudes.