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Las redes sociales se han constituido actualmente con un termómetro que va diagnosticando el pulso de la opinión pública respecto de temas de actualidad, pero al mismo tiempo con hábitos de consumo y reacciones frente a actividades muy particulares vinculadas con el manejo de servicios, en general.

Una de las mayores formas en que trabajan las redes sociales es a partir del emponderamiento de la opinión  individual como valor intrínseco, que fomenta una corriente colectiva. Esto puede abarcar lo mismo las impresiones de una determinada medida política, las reacciones ante un lanzamiento artístico o la toma de posición de uso de un determinado producto que se lanza al mercado.

Las redes sociales suelen actuar de modo viral, casi orgánico, direccional – direccionado – en varios momentos, formando oleadas intensas que ponen en el ojo de la tormenta un determinado tema de actualidad.  Los trending topics, o asuntos más «calientes» en la conversación de redes sociales pueden ser un referente de este tipo de opinión: directa, sin contemplaciones muchas veces, primarias (guiada por opiniones inmediatas, breves y no siempre motivadas).

La publicidad es un espacio natural donde las redes sociales muestran su dinámica.  En muchos casos, pueden ser un dolor de cabeza para las agencias y para las marcas, debido a críticas constantes y demoledoras (el trolleo a la orden del día); pero en otros casos se puede erigir como un aliado natural, que viraliza un mensaje.

Si este mensaje sabe ser direccionado con proporcionalidad y con sutileza, puede transformar la opinión del consumidor en un valor natural que ayude a mover una marca, a través de la interacción, elemento fundamental de la redes sociales (en tanto feed back, detalle básico en los «prosumidores», consumidores y a la vez productores de los contenidos que se difunden en estos espacios virtuales).

Conversar con naturalidad y con un mensaje que sepa ser valorado positivamente en las redes sociales es un reto y al mismo tiempo una obligación de cualquier campaña de publicidad y marketing digital. Es subirse a una ola, saber mantenerse a flote, nunca perder el equilibrio y lograr llegar a la meta sin contratiempos.  Pasa además por domar, por seducir, por persuadir e insertar un mensaje, como un chip, de modo lo más permanente, interno y exitoso posible. Es la meta. Es el objetivo primordial.

No pocos fallan en el camino, precisamente porque este es un espacio en constante cambio. Allí el valor fundamental de los orientadores y creativos: saber estar atentos, alertas a lo que pasa en las RR.SS. Saber descifrar sus reglas y poder usarlas para beneficio no solo unilateral, sino, fundamentalmente, como parte de un mutuo beneficio.