LORETO. Con una lengua ósea y un pulmón atrofiado, que lo obliga a salir de cuando en cuando a la superficie para tomar aire, el paiche parece un ser que se quedó en medio de la evolución. Sus enormes escamas y una cabeza que se asemeja a la de un cocodrilo completan la primera visión de esta especie cuya apariencia intimida, pero que es víctima de la acción del hombre que lo caza para aprovecharse de su carne, sus huesos y hasta de su piel.

Para rescatarlo de su actual condición de especie amenazada, científicos del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) trabajan en su crianza en cautiverio, así como en la creación de un banco de información genética con el fin de posibilitar el nacimiento de paiches más fuertes y grandes que permitan la conservación de la especie.

El biólogo Luciano Alfredo Rodríguez, investigador del IIAP, explica que para conocer en detalle el comportamiento de los paiches que crían en sus pozas así como su crecimiento y evolución se les ha colocado un chip que permite identificarlos y hacer un seguimiento individualizado.

Para obtener crías de paiche se selecciona a los reproductores más fuertes y se los coloca en pareja. Felizmente la naturaleza ha hecho que esta especie se reproduzca en cautiverio y conserve alguna de sus costumbres, como por ejemplo que sea la pareja la que se encargue del cuidado de las crías.

“Gracias a las investigaciones y el trabajo de campo hemos podido resembrar esta especie y otras, entre ellas el paco y la gamitana, en varias zonas de la selva, como el valle de los ríos Apurímac y Ene, así como en Amazonas, Ucayali, San Martín y Huánuco. Hay experiencias, como en Amazonas, en donde ya no existían especies nativas, pero que ahora producen de manera sostenida para el consumo de las comunidades.

El éxito logrado en las investigaciones ha hecho que algunas empresas se comiencen a interesar por invertir en piscigranjas para desarrollar este negocio.

Otras especies como la ‘Colossoma macropomum’ (gamitana) y ‘Piaractus brachypomus’ (paco) también son criadas con éxito en las pozas del IIAP que han sido construidas como parte de un trabajo de reforestación de cientos de hectáreas ubicadas a ambos lados de la carretera Iquitos-Nauta. Por cierto, este último trabajo ha sido tan exitoso que hasta los escurridizos pájaros carpinteros han vuelto en busca de alojamiento en los troncos.

En el caso del paco y la gamitana, algunas empresas ya comenzaron a vender su carne, con lo cual aprovechan las potencialidades que presenta la selva, así como los conocimientos del IIAP. Sin embargo, hay trabas para dar impulso a este negocio, como la falta de vías de comunicación, así como una planta de frío que permita la conservación de la carne.

MÁS DATOS

Conozca más detalles del paiche

El paiche o pirarucu, como lo llaman en Brasil, es un pez de escamas, de agua dulce perteneciente a la familia de los Arapaimidae (Osteoglossidae) y al superorden Osteoglossomorpha, que es un grupo de peces primitivos.

Ha existido desde el periodo cretáceo (hace 65 a 136 millones de años).

Es uno de los mayores peces de agua dulce, llega a tener hasta 3 metros de longitud y un promedio de 200 kilos de peso. Su cabeza es pequeña con relación al cuerpo. Su coloración es ceniza oscura (pardo y acero) con el borde de las escamas amarillo o color rojizo. (Aparecido en el diario “El Comercio”, escrito por Martín Huancas Chinga)