200 Cerbatanas. (Small)

Ayer el presidente Humala ha dicho que durante su gobierno se inició la revolución educativa en el país y que el próximo quinquenio debe continuar con dicha “revolución”. A pesar de lo irreal que puede sonar esta declaración de fondo hay una manera de hacer política que pasa desapercibida porque se ha consolidado o no hay reparos o sanciones para las mentiras o la conchudez. Una revolución significa un cambio radical, una transformación y este gobierno, por más que puede mostrar ciertas cifras, está lejos de ser.

Primero. El 6% del PBI que tiene que tener Educación para que sea viable su transformación no se ha cumplido en este gobierno. Es más en algunos de los años del mandato de Humala se redujo en función al año anterior y sólo en los dos últimos se sumaron algunas décimas sin pasar de la cifra 3%.

Tener alumnos becados en Universidades exteriores y nacionales no significa una revolución sino un paliativo. Algo así como un programa social para un sector definido y un alcance menor. Que se valore al pobre con capacidades es bueno, pero no abarca un colchón social importante que pudiera significar un esfuerzo nacional.

Traerse abajo la ley de Carrera Magisterial para reemplazarla por el de la reforma Magisterial es un cambio, no una revolución. Aun así esta norma no fue expeditiva para los cambios y evaluaciones que pudieran abarcar más plazas y más docentes que sean subidos de escala magisterial y, aunque sea, sancionados, pero fue un atisbo lento que en cinco años sólo puede promocionar un 5% del magisterio valorado en sueldos.

Todos los gobiernos asumen la educación como el pilar mayor para salir del subdesarrollo. Se olvidan de decir que estos se plasmará en una generación, en el mejor de los casos, por eso nadie quiere empezar las reformas de verdad para que se inicie recién la revolución no para que se termine, sino para que se arranque y en el mejor de los casos, cuando esté por fallecer ese mandatario podrían traer resultados. Los becarios le agradecerán, pero sólo serán unos cuántos y no aquellos que están donde se hace revolución.

elescribidor3@hotmail.com