COLUMNA: PIEDRA DE SOL

 

Por: Gerald Rodríguez Noriega

Como un sueño que se espera, así gran parte de la población peruana  espera que la igualdad, la justicia, el orden y el progreso se deje sentir de una vez por toda, ya que es lento el progreso y es grande el chorizo de la corrupción que viene arrastrando la clase política que gobierna turnadamente el país. Indudablemente ese papel lo debería haber cumplido la izquierda que ha vivido separada de la clase oprimida, dividida por su ideología, olvidándose que la revolución no solo está en las calles y en los libros, sino que también en la organización de los oprimidos y nunca en el escritorio y el buró de donde se creía que nace toda revolución. Esto lo entendieron los grupos políticos de derecha que con mentiras y jugando con la ilusión de los oprimidos, llegan a gobernar no para los interés de quienes lo eligieron, sino de los que gastaron y con quienes se coluden para llenar sus cuentas bancarias. La izquierda juega un partido aparte en la misma cancha, con un discurso inadecuado desde su escritorio, saliendo a la ventana cada vez que se escucha una voz de protesta. ¿Acaso no son las ONGs las más cercanas a la defensa de los indígenas, o no es cierto que  la izquierda solo está pensando en obreros, cuando en el Perú solo estos representan una poca proporción, y la protesta de tantas leyes anticonstitucionales que desfavorecen a los los trabajadores, solo se quedaron impuestas sin tener respaldo de una izquierda organizada? Ante esto bien es valorado aquella frase de Gózales Prada, los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra.

Pero la generación de Sergio Tejada o Verónica Mendoza, suelen parecer una alternativa de nueva izquierda, aquella que se adecue a las ideas de la población, pero no se debe pecar con el mito de Adán, creyendo que cuando una izquierda nueva se acomode al juego capitalista será la más acertada en organizar el cambio. Además la generación que siguen a PPk, Keiko y otros candidatos, aquella generación a la que la Dra. Paula Molinari, define a esta como la generación  millenials, los que están por salir de la universidades, de los centros técnicos y la que están ya en edad para elegir, es una generación entre casi todos, anárquica, pero se salva los que lucharon en contra de la ley pulpín , la misma que creen que el libre mercado puede convivir con el socialismo, y que la izquierda nueva puede dejar de usar una hoz y un martillo para perecerse más democrática, ese sería la nueva izquierda, que olvidará a la cuba revolucionaria y la invasiones yanquis en el mundo, y el control monetario del grupo de los siete.

Una nueva propuesta de izquierda, tomando en cuenta las nuevas propuestas que no pasen por el capitalismo debería ser la más correcta si queremos rectificar el gran daño que ya se hizo a las generaciones pasadas y al mundo entero. Mientras que la izquierda sigue divida en el país, y las generaciones nuevas pecan de ingenuos sin conocer el proceso histórico del modelo, habrán más desigualdad, más corruptos que elegir y más farsantes que usarán el nacionalismos y el discurso de una izquierda progresista para llegar al poder y convertir al estado en un estado terrorista.