La gran transformación

Nadie contaba en campaña que sería gradual

Hace poco estuve en una conferencia de prensa donde entrevisté al presidente del directorio de Aeropuertos Andinos del Perú, Carlos Vargas que llegó desde la capital con toda su parafernalia de ejecutivos y prensa capitalina a la que atendía con un gran entusiasmo. Como sucede en Lima, para poca inversión en aeropuertos, se monta toda una estructura de publicidad con palabras grandilocuentes sobre lo que supuestamente significa la inversión en un sector tan estratégico en transportes, como son los aeropuertos.

La pregunta en esta circunstancia era obvia. ¿Por qué no se invierte lo suficiente en la infraestructura global de aeropuertos, si la concesión a la que habían accedido les permitía años y años (hasta 30) de recuperación del capital comprometido? ¿Por qué sólo se observaba en la mayoría de aeropuertos – a excepción de Lima que fue concesionado anteriormente y que tampoco es gran cosa – algunos trabajitos de maquillaje y más que todo, publicidad y alza de costos en los servicios?

La respuesta del funcionario de la concesionaria fue muy tranquila y revela lo que pasa en muchos sectores de la economía del país. El contrato que habían firmado con el Estado no lo permite. Así tuvieran la intención de hacerlo estarían amarrados al contrato ya que éste establece que los primeros quince meses tienen que elaborar proyectos que impliquen una mínima inversión porque se entiende que recién saldrían los estudios de factibilidad y recuperación del “negocio” que han entablado y esto a su vez les permita inyectar dinero en función a sus proyecciones con algunas propuestas que establece el documento de concesión.

Mientras tanto abordan lo más fácil. Concesionan a su vez todos los servicios del aeropuerto, desde playas de estacionamiento, hasta la venta de golosinas y, como el capital privado intenta hacerse de menos burocracia y más competitividad se establecen services. Para no aguar la fiesta de lo “ventajoso” que resulta la concesión cambian el piso de la sala de espera, ponen un arco de “Bienvenidos” al ingreso del terminal aéreo o pintan las casetas de embarque, pero eso sí y sobre todo, limpian los baños lo más relucientes que puedan porque esta diferencia, es para muchos, lo que distingue el manejo de una empresa por privados a que sea por estatales.

El funcionario culpaba, sin querer queriendo, al estado dirigidos por los diferentes gobiernos de haber establecido contratos que a ellos mismos los ataba de manos, seguramente lo que no decía y no le convenía, es que esos documentos se elaboraron con gente muy allegada a estos grupos que hicieron de ministros o altos funcionarios que ahora laboran con ellos. Con el argumento de la seguridad jurídica y la seriedad de país que debemos reflejar, estos contratos no se pueden deshacer. Lo mismo sucede en sectores de la minería, pesca o recurso forestal. Sin ir a la ampliación temeraria ya en propiedad definitiva de miles de hectáreas a ciertos grupos que podrían germinar para el futuro movimientos sociales como en los años 70.

Por una mayor decisión y autoridad sobre esos recursos y empresas del estado, es que salió elegido el presidente actual. A eso justamente le llamó “la gran transformación” y lo pregonó y prometió por todo el país. Nadie dijo entonces que esto era gradual, que a su vez podría significar quinquenios o décadas. Por olvidar esas palabras y promesas ahora está siendo condenado políticamente por sectores que le armaron la propaganda y el movimiento social que necesitaba para empujar su candidatura Humala Tasso.

Más que posiciones extremistas de ambos lados, lo que mucha gente puede percibir sin temor a equivocarse es que el estado está hecho para unos cuantos y donde la mayoría no cuenta y que si un gobierno o grupo gana una elección, está simplemente maniatado cuando ya llega a dirigirlo y simplemente hace lo que la “coherencia”, la tranquilidad y estos documentos dictan. Es decir lo oficial o establecido, cambiarlo o atacarlo se convierte en apologético o subversivo, criticarlo desde el otro lado es enfrentarse a la ley, por eso Gregorio Santos tiene los días contados como presidente de la región Cajamarca.

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1 COMENTARIO

  1. UNA NOTA PARA LA REFLEXION, PERO CREO QUE HUMALA NO HA SABIDO EXPLICAR AL PAIS O QUIZAS QUERIA SER PRESIDENTE A COMO DE LUGAR, POR ESO CUANDO ERA CANDIDATO ATACABA, AGITABA E INSULTABA AL PRESIDENTE DE ENTONCES, LLEGANDO A DECIRLE CABRON.. CASO DE ESPINAR Y QUE HOY QUIEN REALMENTE ES EL CABRON, . POR ESO CREO QUE EL HOY PRESIDENTE ESTA SABOREANDO SU PROPIA MEDICINA, Y QUE TERMINARA SIENDO APOYADO POR TODOS AQUELLOS QUE EL (HUMALA) DESPOTRICABA… IRONICA LA VIDA NO??.

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