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Se dice que los Aymaras podían comunicarse e interactuar con las estrellas con completa naturalidad y que un día, de ellas bajó una simpática muchacha que con su encanto, dulzura y belleza enamoró rápidamente a un joven aymara.

Ambos se atrajeron mutuamente, y pasaron largas horas conversando. Las estrellas los acompañaban y protegían en todo momento. Sin embargo, ella, por ser hija del cielo, tuvo que partir con un profundo dolor en su corazón.

Semanas después, el joven aymara tomó la decisión de ir en busca de la guapa muchacha para lo que contaba con el apoyo del Condor de los Andes, quien le ofreció sus alas para que este monte en ellas y juntos volaran en busca de la joven.

Es así que juntos, el Cóndor y el joven volaron largos cantidades de tiempo, hasta llegar a un lugar radiante de color dorado. Lugar en el que se encontraba la hija del cielo. Ella lo reconoció y corrió hacia sus brazos. El Cóndor se regresó a casa y el joven se quedó en las alturas del cielo.

Ambos vivieron intensos momentos de felicidad. Ella lo alimentaba con granos color dorado, de delicioso sabor y alto contenido nutritivo. El famoso grano de los dioses, la quinua.

Aún con lo feliz que era este chico, no dejaba de extrañar a sus padres. Por lo que decidió bajar a la tierra para visitarlos.  Su chica le entregó un puñado de quinua como regalo para su pueblo, encargándole que lo esparza por los alrededores de su comunidad, para que, de esa forma, él, su familia y sus vecinos pudieran cultivan este maravilloso alimento.

La quinua, reconocida hoy en el mundo entero por su elevado valor nutritivo destaca por tener un alto contenido de omega 3. No es casualidad que haya sido la planta base en la alimentación de los incas y los aymaras.

La quinua se hizo conocida alrededor del mundo, cuando fue alimento recomendado para astronautas y estos hacían exploraciones en el espacio alimentados por los nutrientes que este cereal ofrece.

Quiere decir entonces que este cereal fue el alimento del hombre del pasado, pero que también lo es, del hombre del futuro. Con lo cual, puede ser perfectamente el alimento del día a día, en cada uno de los hogares del Perú y el mundo. Es un cereal barato, abundante y de gran valor, tanto en lo nutritivo como en lo histórico y cultural.