En algún estante de la Municipalidad de San Juan descansa un mamotreto de marras, un documento equívoco que, aunque parezca broma o mentira, pasa por un sesudo trabajo de consultoría sobre la situación educativa de ese sector de la ciudad. El bodrio consta de 138 páginas y consigna, con todas sus letras y palabras, nombres de lugares erróneos, cifras equivocadas y conclusiones disparatadas. No se sostiene por ningún lado. El autor de semejante adulteración de la realidad es el forastero Miguel Prialé Ugás. El mismo es un error completo, una suplantación arbitraria, un impostor evidente, pues es bachiller en Economía. Es por ello entonces que, desde una distancia monumental, se nota que conoce tanto de educación como nosotros de física cuántica. Lo peor del asunto es que el citado, que es militante del partido Democracia Social, de Susana Villarán, ha cobrado un adelanto que asciende a la suma de 8, 100 nuevos soles.

En honor de la verdad elemental, estamos ante un caso de estafa. No tiene otro nombre, ni otro calificativo, ese hecho increíble. Lo sorprendente del caso es que por ningún lado hay la denuncia correspondiente contra el evidente dolo. En vez de ello,  la alcaldesa Mirna Villacorta busca remediar las metidas de trompa y de patas de semejante consultor, exigiendo la participación de algunos de sus funcionarios.  Es decir, pretende que estos arreglen los nombres falsos, las cifras disparatadas,  las conclusiones sin pies ni cabeza. No es por ello abusivo imaginar que ella hace eso para que,  al final de la jornada, el falso consultor cobre la suma acordada por todo el trabajo que asciende a 18, 000 nuevos soles ¿Por qué la alcaldesa no acudió a la justicia? ¿Por qué defiende con tanto ahínco,  con  tanto fervor, a semejante personaje, a ese sujeto inescrupuloso?

En la montaña de estudios inútiles, en la ruma de papeles inservibles,  rubro tan extendido entre nosotros,  quedará ese mamotreto y el tal consultor gozara de la impunidad, si  es que no se toman las medidas pertinentes para aclarar las cosas, para sancionar a los involucrados en un hecho que perjudica a la educación de ese distrito, a la comunidad entera. Se trata de conocer las razones por las cuales no se contrató a algún experto en el tema, a alguien, hombre o mujer, que conoce desde su experiencia y estudio la problemática educativa en esa zona. ¿No hay gente capaz en ese rubro entre nosotros? Por otra parte, consideramos que nuestro papel informativo acaba aquí,  como una contribución a la sanidad pública, a las manos limpias que deben mostrar los que están en el poder.  El resto  debe ser acción de los autoridades correspondientes.