CURÁNDOSE EN SALUD

Javier Vásquez

Otros dos órganos digestivos no huecos, el hígado y el páncreas, producen jugos que llegan al intestino a través de pequeños tubos llamados conductos. La vesícula biliar almacena los jugos digestivos del hígado hasta que son necesarios en el intestino. Algunos componentes de los sistemas nervioso y circulatorio también juegan un papel importante en el aparato digestivo.

La digestión es la transformación de los alimentos ingeridos en otras sustancias más sencillas para poder ser absorbidas por el cuerpo y así proporcionar la energía necesaria para vivir. Es un proceso metabólico, por medio del cual los alimentos se transforman en energía y básicamente consiste en tomar los alimentos, aprovechar los nutrientes de estos y eliminar las sustancias de desecho. Todo este proceso lo realiza el aparato digestivo.

El aparato digestivo está formado por el tracto digestivo, una serie de órganos huecos que forman un largo y sinuoso tubo que va de la boca al ano, y otros órganos sólidos que ayudan al cuerpo a la digestión.

Los órganos que forman el tracto digestivo son la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso (también llamado colon), el recto y el ano. El interior de estos órganos huecos está revestido por una membrana llamada mucosa. La mucosa de la boca, el estómago y el intestino delgado contiene glándulas diminutas que producen jugos que contribuyen a la digestión de los alimentos. El tracto digestivo también contiene una capa muscular suave que ayuda a transformar los alimentos y transportarlos a lo largo del tubo.

Otros dos órganos digestivos no huecos, el hígado y el páncreas, producen jugos que llegan al intestino a través de pequeños tubos llamados conductos. La vesícula biliar almacena los jugos digestivos del hígado hasta que son necesarios en el intestino. Algunos componentes de los sistemas nervioso y circulatorio también juegan un papel importante en el aparato digestivo.

Los problemas digestivos se asocian a conductas poco apropiadas, relacionadas con la alimentación, el reposo y el ejercicio físico. Hay algunos consejos para mejorar la digestión:

– Masticar y ensalivar detenidamente los alimentos es lo más importante, pues determina que todos los demás pasos del proceso digestivo se realicen óptimamente.

– Evitar las presiones en la zona abdominal, cinturones, fajas o todo aquello que la comprima, así como mantener la espalda recta, para facilitar una buena digestión.

– Comer respirando conscientemente y evitar viendo por televisión o internet imágenes y noticias negativas es garantizar una mejor digestión.

– Las comidas copiosas en la que se  mezclan  diferentes tipos de alimentos sobrecargan los órganos digestivos por lo que no es aconsejable hacer la siesta después de comer ya que enlentece el metabolismo y también la digestión, ni ningún esfuerzo físico o intelectual intenso que obligue a la sangre que se encuentra en la zona digestiva a desplazarse hacia otras zonas del cuerpo.

– El orden digestivo del metabolismo nos indica que alimentos como el pan, las papas, el arroz y las pastas que son hidratos de carbono, se digieren mejor y más rápidamente si los comemos separados de carne, pescados y otros alimentos proteicos. Y si se consumen juntos (pan con queso) que sea en poca cantidad y sobretodo masticándolos muy bien para facilitar al máximo la digestión.

Muchas enfermedades pueden atacar nuestro aparato digestivo y se pueden manifestar de distintas maneras: presencia de sangre en las deposiciones, cambios en los hábitos intestinales, dolor abdominal severo  agudo o crónico, pérdida de peso sin explicación alguna, acidez que no mejora con tratamiento de antiácidos. Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas hay que acudir al médico para los estudios pertinentes y el manejo adecuado.