Escribe: Percy Vílchez Vela

De un tiempo a esta parte, la ciudad de Iquitos muestra un deterioro lamentable. Por todas partes están las señales y las advertencias de la ruina y nadie hace nada para remediar esa situación. En una urbe así se realizará próximamente un importante evento que permitirá la visita de personas nacionales y extranjeras para debatir sobre asuntos y aspectos del comercio. Las preguntas son inevitables:  ¿Está preparada Iquitos para recibir a tanto forastero? ¿Están dadas las condiciones para que esas visitas sean reconfortantes y satisfactorias? ¿No se debe preparar antes a la ciudad para recepcionar como es debido a los incontables visitantes?   

La reciente declaración de la presidente de la Cámara de Comercio de Loreto, Lula Vásquez,  sobre que Iquitos ha perdido la sede del encuentro del Foro Internacional Apec, debe llamarnos poderosamente la atención. Un funcionario ha salido a responder sobre el particular,  diciendo que ello no es cierto y que nuestra ciudad sigue vigente como sede de dicho importante evento. Pero no se trata de eso. Haya sido sacada o no de la lista de ciudades elegidas para albergar a visitantes en el mes de noviembre, Iquitos, en las actuales circunstancias,  es refractaria a toda visita.  No está apta para recibir a nadie, menos a personas que discutirán sobre asuntos económicos y arribaran a acuerdos comerciales.

Desde hace tiempo Iquitos ha dejado de ser un lugar atractivo porque   es una urbe que muestra diariamente el ímpetu corrosivo de la basura.  En tantas partes, los desperdicios hacen de la suya y es muy difícil que un visitante, un forastero, se sienta cómodo en un lugar así. Desde hace tiempo la basura visible, regada  en cualquier parte, amontonada en varios lugares públicos, es un lastre que nadie puede evitar. El servicio de recojo es tan deficiente que no logra el cometido de limpiar la ciudad.  En un lugar así, que muestra cotidianamente la suciedad,  que ignora la higiene, no es posible realizar ninguna visita. Ni turística ni de otra índole. Pues no solo se trata del pésimo espectáculo de los desperdicios acumulados, sino del peligro de contraer alguna enfermedad contagiosa o no.

El otro  problema que agobia a la ciudad es el pésimo estado de sus pistas. Estas muestran a cada paso agujeros, forados, huecos que hacen que el tránsito vehicular  se vuelva una verdadera tortura. Es posible decir que ninguna calle se encuentra libre de los baches y ello es una incursión en el infierno para los que viven por estos lares. Cualquier visitante tendrá que padecer esos males a la hora de transitar por las calles. Con seguridad, no se sentirá cómodo en una ciudad así, lamentará su suerte y lógicamente pensará no volver nunca más.

Ningún visitante de esta ciudad ha dejado de mencionar el inconveniente del ruido. El ruido está en todas partes y a toda hora, causando molestias y desajustes en la misma salud de los habitantes. Pese a que existen dispositivos  que controlan  la emisión excesiva de decibeles  nadie hace nada para remediar esa lamentable situación. El ruido domina la ciudad de lunes a domingo, creando víctimas  entre los moradores de Iquitos. Un visitante, de donde quiera que fuera,  no puede sentirse a gusto en un medio descontrolado y que nada hace contra esa lacra. Es seguro que ese visitante tratará de escapar de esa pesadilla y, como es natural, no querrá volver nunca más a un lugar dominado por el ruido.

El índice de la delincuencia ha crecido en los últimos años. La secuencia de asaltos, robos, atentados y otras manifestaciones delictivas están a la orden del día. El ciudadano no está seguro en medio del incremento de los señores del mundo de hampa. Entre las víctimas se cuentan turistas y visitantes eventuales. Iquitos es, pues, una ciudad insegura cuya policía se muestra impotente para combatir a los súbditos y descendientes de Caco. En un lugar así el visitante es una posible víctima y es natural que no puede disfrutar de los indudables encantos que tiene la urbe oriental.

La ciudad de Iquitos entonces es una urbe proscrita. No por alguna decisión de afuera o el designio de alguien con poder, sino por su propia incompetencia. Es necesario hacer algo o mucho para sacar a la urbe de su actual deterioro. Es necesario tomar la decisión para invertir en las mejores que requiere para que en un futuro no muy lejano se convierte en una ciudad distinta  y donde se pueda realizar cualquier evento sin ningún problema.

1 COMENTARIO

  1. Sí señor, todo eso es cierto. Debiendo añadirse que, en esta lamentable situación el componente de la justicia tambén está totalmente deteriorado, corrupto, cómplice de lo que se ha hecho y continúan haciendo. Si se darían las sanciones civiles y criminales, el análisis hecho comenzaría a revertirse.
    Que se juzgue y se castigue. Frenemos la gula del poder y del dinero.

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