Es una enfermedad en la cual el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos. Los glóbulos rojos le suministran el oxígeno a los tejidos corporales, que es transportada dentro de ellos por la hemoglobina, una proteína. La mayor parte de los glóbulos rojos se producen en la médula ósea, que es la parte central y blanda de los huesos.

Los glóbulos rojos viven entre 90 y 120 días, órganos del cuerpo eliminan las células sanguíneas viejas. Una hormona llamada eritropoyetina producida en los riñones le da la señal a la médula ósea para producir más glóbulos rojos.

Las causas de anemia son varias y pueden ser por: ingesta de ciertos medicamentos, destrucción de los glóbulos rojos antes de lo normal (lo cual puede ser causado por problemas con el sistema inmunitario), enfermedades crónicas tales como cáncer, colitis ulcerativa o artritis reumatoidea y en nuestra región el paludismo. Algunas formas de anemia, como la talasemia, que pueden ser hereditarias, el embarazo también condiciona anemia, problemas con la médula ósea, como el linfoma, la leucemia, el mieloma múltiple o la anemia aplásica.

La causa más frecuente en el país es la anemia por deficiencia de hierro, llamada anemia ferropénica. El cuerpo necesita hierro para fabricar hemoglobina. Si no hay suficiente hierro disponible, la producción de hemoglobina no es la adecuada, lo cual afecta la producción de las células rojas de la sangre. Esta disminución en la cantidad normal de hemoglobina y células rojas en la sangre se conoce como anemia. Debido que a las células rojas de la sangre son necesarias para llevar oxígeno a través del cuerpo, la anemia hace que las células y los tejidos reciban menos oxígeno, afectando su funcionamiento.

La anemia por deficiencia de hierro no se desarrolla inmediatamente. La persona va progresando por varias etapas, comenzando con una reducción de hierro en el cuerpo, aunque la cantidad de hierro en las células rojas de la sangre se mantiene igual. Si la reducción de hierro no se corrige, la próxima etapa es la deficiencia de hierro, lo cual eventualmente se convierte en anemia por deficiencia de hierro.

Si la anemia es leve, es posible que no exista ningún síntoma. Si el problema se desarrolla lentamente, los síntomas que pueden producirse primero son: malhumor, debilidad o cansancio más a menudo que de costumbre, o con el ejercicio, dolores de cabeza, problemas de concentración. Si la anemia empeora, los síntomas pueden ser más llamativos: color azul en la esclerótica de los ojos, uñas quebradizas, mareos.

El médico al examen físico puede encontrar: soplo cardiaco, baja presión especialmente al ponerse de pie, piel pálida, taquicardia

Los exámenes de sangre utilizados para diagnosticar algunos tipos comunes de anemia son: Niveles sanguíneos de hierro, vitamina B12, ácido fólico y otras vitaminas y minerales, conteo de glóbulos rojo, nivel de hemoglobina, que es menor a 11 mg,  conteo de reticulocitos

El tratamiento se debe orientar hacia la causa de la anemia y puede incluir transfusiones de sangre, corticoesteroides u otros medicamentos para inhibir el sistema inmunitario, eritropoyetina, un medicamento que ayuda a que la médula ósea produzca más células sanguíneas, suplementos de hierro, vitamina B12, ácido fólico u otras vitaminas y minerales.

La anemia severa puede llevar a niveles bajos de oxígeno en órganos vitales, como el corazón, y puede llevar a que se presente un ataque cardíaco.

La prevalencia de anemia en la región es alta, principalmente la ferropénica. Se debe hacer la prevención con la administración de fierro que es barato y posible.