Por: Gerald  Rodríguez. N

La democracia tuvo su origen en la Grecia antigua, especialmente en la polis de Atenas, entre los siglos VII y IV a.C. El órgano máximo del gobierno de la polis era la Asamblea, inte­grada por todos los ciudadanos libres. La cantidad reducida de habitantes y el hecho de que las mujeres y los esclavos no participaran permitían que los ciudadanos pudieran reunirse en la plaza pública para discutir los asuntos públicos.

La burguesía de los países europeos occidentales del siglo XVIII tomó el espíritu de la democracia ateniense como un modelo opuesto a las formas autocráticas que primaban en el continente. Ante los privilegios y el monopolio político de los monarcas y los nobles, un gobierno cuyos ciudadanos discutían las decisiones de la res (cosa) pública era un ideal revolucionario, y a partir de esa concepción se asentaron los principios del pensamiento liberal. Por lo tanto la democracia que prima en gran parte del mundo es una democracia burguesa, que vela en gran mayoría, los intereses del sistema capitalista y de la burguesía monopolista. En este afán, EE.UU buscó siempre la forma de poner caudillos en la región latinoamericana para implementar las recetas que hicieran posible el sostén del sistema, y por ende, mantener la democracia burguesa, democracia a la cual Fidel Castro se enfrentó mediante una revolución, y con la aceptación de las mayorías del pueblo cubano, otorgó el pleno poder al pueblo cubano, siendo para los dueños del orden, un dictador, asesino, y todos los calificativos con lo que se le podría denominar al Demonio, pero para el pueblo cubano, Fidel les enseñó cómo se vive en una verdadera democracia, así les haya costado el bloqueo económico mundial, pero que esto jamás les permitió humillarse ante nadie, mostrando dignidad y ganándose el respeto y la admiración de otros.

Fidel Castro era el otro demócrata, y su democracia se fundaba en la solidaridad, en la igualdad, en la abolición del individualismo, de los vicios del capitalismo, en el conocimiento pleno de la verdad, y del descubrimiento de nuevas verdades que permitieran al hombre ser cada vez más libre, y para que no desmayara su sueño cubano, tuvo que abolir la oposición, (la burguesía cubana), la libertad de expresión (aquella prensa que era el instrumento de defensa del sistema burgués cubano), teniendo que elevar, y mejorar, el sistema educativo, (entendió que ninguna verdadera democracia podía funcionar dentro de un pueblo ignorante; la tasa de analfabetismo en América Latina es de un 11,7% y de un 0,2% en Cuba. La tasa de escolarización en la enseñanza primaria (hasta los 11 años) es de un 92% en el continente latinoamericano y de un 100% en el archipiélago del Caribe), sin olvidar sus grandes logros en medicina, ciencia y deporte. ¿Alguna democracia burguesa puede demostrar, con su sistema de educación excluyente, y de calidad para unos cuantos,  que puede ser mejor a la educación cubana que dejó Fidel? Le acusaron de violar derechos humano, ¿y nos es EE.UU, Francia, entre otros países capitalistas, los que violan derechos humanos, invaden países, bombardean naciones, crean organizaciones terroristas en Medio Oriente para sus fines económicos y mantener el poder de este sistema salvaje y retrogrado? Pero ante cada desastre natural, en diferentes países del mundo, siempre estuvo presente una brigada cubana, mostrando Cuba su más sensible carácter solidario, legado de Fidel.

Fidel soñó, no solo una Cuba libre del sistema capitalista, soñó con una América libre del opio del capitalismo, como lo es el consumismo, el individualismo, la ley de Darwin, sobrevive el más fuerte, aplastando al más débil, sino que para Fidel, América debía señalar su sello de clase para liberarse de la opresión del sistema capitalista y de sus administradores,  ya que América Latina no les interesa para otra cosa más que para saquear sus recursos. Fidel soñaba con una América libre de la ignorancia, de la pobreza, la desigualdad, la desnutrición, y nos demostró que América Latina podía vivir dignamente, como lo hace Cuba, y fundar nuestra verdadera democracia, como lo hizo Cuba, sin tomar como ejemplo la democracia griega, que la igual que la burguesa moderna, siempre serán democracias excluyentes, amoldados a los intereses de unos cuantos, nunca al de las mayorías.