Si Odebrecht, la empresa más coimera de los últimos tiempos en Latinoamérica compraba a Ollanta Humala y Alejandro Toledo por qué no pudo hacerlo con otros. Más aún si las posibilidades de Alan García o Keiko Fujimori eran incluso mayores en relación a los que ahora están procesados o en la cárcel. Ayer el periodista Guilherme Amado del diario OGlobo de Brasil publicó que Marcelo Odebrecht declaró que entregó dinero para la campaña de Keiko Fujimori e incluso para la actual vicepresidenta Mercedes Araoz cuando postulaba con el Partido Aprista Peruano. Esto en base a una serie de evidencias del testimonio al que tuvo acceso el periodista del diario más influyente de Brasil.

Incluso hacen referencia que el dinero provenía del “la caja dos” del Área de Operaciones Estructurales, que ya sabemos era en realidad el departamento creado para coimear a los candidatos y autoridades de varios países en Latinoamérica. La pregunta es ¿Esa descomunal noticia que en cualquier lugar ameritaría primeras planas tendrá el impacto que merece? Poco probable. Y una demostración de este tema será seguramente los pocos flashes que se dirigirán en grandes medios a esta noticia. El poco seguimiento de parte políticos que ahora tienen influencia o son líderes de opinión y claro, una apuesta por el gobierno para dejar de lado este tipo de bombas noticiosas.

La razón, pues ahí está involucrada su actual vicepresidenta y si cae ella, seguramente no cae sola en el gobierno y ¿quién está por encima?, ya sabemos. Otra prueba es que ayer, durante una extraña y pomposa conferencia el presidente anunciaba la promulgación de la ley de filiación paterna alabando la propuesta de Jorge Del castillo, un aprista que extrañamente se abrazaba con PPK. Nada es casualidad en política y, ante la amenaza de las noticias que llegan de Brasil, lo más probable es que nuestra clase política, para intentar no desaparecer, van hacer espíritu de cuerpo. Y tienen con qué y cómo hacerlo.

Un acuerdo a nivel de grandes propietarios de medios para pasar por agua tibia ciertas informaciones, un pacto secreto de los ya acostumbrados para convivir sanamente mientras pasa el temporal lo cual incluye dejar en paz al gobierno para que no opere a través de los mecanismos propios que tiene el estado y por supuesto una apuesta para desestimar lo que venga y seguir entregando los sacrificios populares ya realizados: Toledo y Humala. Lo mejor que le puede haber sucedido al gobierno en estos tiempos de debilidad política es en parte esta noticia.

Al fujimorismo le hará agachar la cabeza por un buen tiempo, si la población no convierta el conflicto salarial en un conflicto político sobre el actual sistema y sus políticos, el gobierno puede maniobrar al respecto. Es ahí donde falla rotundamente pues mientras tengamos a una ministra de Educación atacando a los maestros denunciando falsamente motivaciones ideológicas en la protesta, o a la ministra de salud echando la culpa al gremio por muertes que no atañen el sector necesariamente, esa ira social puede terminar con todos estos planes.

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