En el mundo amazónico, al menos, que te pongan el marbete de quillaoficio es una sentencia que te puede condenar a la muerte civil – advierto que los efectos de la dictamen puede tener gramos de exageración pero es real. La construcción social del quillaoficio tiene una carga negativa, por lo general (como si nadie hubiera sido quillaoficio por unos segundos en su vida). Su significado es de aquel desocupado, que no hace nada o carece de obligación. También puede ser, el inútil, sin provecho ni fruto. Estos significados desdeñosos tienen que ver con la definición de ocioso de la RAE que calza como anillo al dedo de lo que se dice del quillaoficio en el marjal. Pero si nos ceñimos a la raíz, que viene de ocio, el significado cambia completamente, no es tan negativo o condenatorio. Se dice del ocio que es la cesación del trabajo o de una actividad. Se añade, “… diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque estas se toman regularmente por descanso de otras tareas”. O que son obras de ingenio que alguien forma en los ratos que le dejan libres sus principales ocupaciones. Es decir, con lo relacionado al ocio no hay esa carga de desaprobación ¿quién es el autor de esa deriva negativa del quillaoficio? Me parece que el significado que ha sido una construcción social es una instrumentalización, a toda luces, de clase, y porque no, con aliños racistas. A una persona y blanca con dinero y que no trabaja este despectivo adjetivo amazónico no le es empleado. Se buscan subterfugios para justificarlos y para no llamarle como tal. Por lo general, el calificativo recae en personas de cierta condición y clase. Bajo este epítome, quisiera resaltar en relación de este personaje social con el arte y los habitantes de la floresta que es una convivencia de odio y amor a la vez. Cuantas veces he escuchado endilgar peyorativamente a los que escriben o se dedican a otras artes, esos vagos (confieso que alguna vez me salpicó ese adjetivo por escribir un libro sobre un indígena litigante en el barrizal). Esos quillaoficios son los buenos para nada. En este elogio quisiera rescatar que el ocio en el o la artista no necesariamente es pérdida de tiempo. Es reposo a las ideas. Están callados escuchando su propia voz y aguzando el ingenio como dice la RAE. Y los quillaoficios de todas las clases y condiciones también.