La semana pasada exprese mi decepción por la situación actual de nuestra ciudad relacionada con la clara incapacidad que demuestran nuestras autoridades locales para gestionar correctamente y generar valor público, olvidando su principal deber, que es convertirse en estrategas en lugar de técnicos o simples “políticos tradicionales”, teniendo una mirada hacia afuera, intentando averiguar el valor de lo que están haciendo y también hacia abajo, intentando determinar la eficacia y la adecuación de los medios que utilizan para lograr sus fines. En ese sentido, propuse recordar a nuestras autoridades que es necesario que su gestión cuente con un diseño organizativo que sea capaz de dar respuesta a las funciones que la sociedad le reclama; y como organización relacionada con un entorno, deben estar normativamente abiertas a la realidad político-social. (Sáenz 1996).

Con lo advertido en mi visita a nuestra ciudad, se pueden identificar en los gobiernos locales las siguientes deficiencias:

  • Ausencia de un sistema eficiente de planeamiento y problemas de articulación con el sistema de presupuesto público
  • Deficiente diseño de la estructura de organización y funciones
  • Inadecuados procesos de producción de bienes y servicios públicos
  • Infraestructura, equipamiento y gestión logística insuficiente
  • Inadecuada política y gestión de recursos humanos
  • Limitada evaluación de resultados e impactos, así como seguimiento y monitoreo de los insumos, procesos, productos y resultados de proyectos y actividades
  • Carencia de sistemas y métodos de gestión de la información y el conocimiento
  • Débil articulación intergubernamental e intersectorial (SERVIR 2016).

Es preciso indicar que, estas deficiencias se advierten en las distintas entidades públicas, pero son claramente evidentes en los gobiernos locales. Ante ello, es lógico buscar la alternativa correcta que solucione esta realidad, ya que los perjudicados son los ciudadanos y ciudadanas que no ven satisfechas sus necesidades; es por ello que resulta preciso recordar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el estudio titulado “Perú: Gobernanza integrada para un crecimiento inclusivo”, entre otras cosas señala que:

“Una gestión efectiva y eficiente del servicio civil es la base para la buena gobernanza. La nueva ley del servicio civil del Perú busca  restructurar de manera significativa la gestión de aproximadamente 600 000 servidores públicos en    2 500 instituciones públicas en todo el país en los tres niveles de gobierno. El impacto potencial de estas reformas es significativo, dado el alcance de los temas que la reforma busca solucionar. El Estudio recomienda que Perú se asegure de que esta reforma reciba el apoyo adecuado a nivel político, incluyendo el apoyo del gobierno entrante; que la PCM y el MEF colaboren en una estructura de gobernanza para implementar adecuadamente la reforma. Asimismo, se debe asegurar su implementación efectiva en el tiempo y el monitoreo de sus resultados a nivel sub nacional.” (OCDE 2016).

Teniendo en cuenta la recomendación indicada previamente, resulta pertinente recordar que la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil, busca mejorar la gestión pública nacional en definitiva a través de la meritocracia en el sector público, teniendo como respaldo de ello, la mejora en los ingresos de los servidores públicos e incentivos de crecimiento personal y profesional en la administración pública. Ello claramente elevará la calidad de los servicios que el Estado brinda a los ciudadanos, empero actualmente son muy pocas las instituciones que tienen una estructura adecuada para la implementación de esta norma y ningún gobierno local se encuentra en dicho proceso. ¿Qué pasaría si se implementa correctamente el servicio civil en los gobiernos locales?

Imaginemos un gobierno local, con trabajadores que realmente sean servidores y no tengan el puesto por favores políticos, sino por firme meritocracia, amparada en la evaluación y la gestión del conocimiento; lo que se logrará es que las políticas públicas, planes estratégicos y operativos sean claros y sean el guión establecido del accionar de la gestión local. Asimismo, se podrá realizar eficientemente el presupuesto por resultados, ya que no se gastará solo porque se necesita gastar, sino que se buscará generar valor público y por ello claramente existiría una gestión por procesos, simplificación administrativa y organización institucional. Lo descrito es lo que nos ofrece el servicio civil, ¿Por qué no implementarlo?

Miguel Angel Rojas Ríos

Abogado

Maestrando en Gobierno y Políticas Públicas

rojasr.miguel@pucp.edu.pe

BIBLIOGRAFÍA

SAENZ, Ana

1996        «Administración Pública». Manual de Ciencia Política. Madrid: Editorial Tecnos.

ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICO (OCDE)

2016        “Perú: Gobernanza integrada para un crecimiento inclusivo”. Lima.

 

Autoridad del Servicio Civil – SERVIR

2016        “Modelo de Gestión del Grupo de Directivos Públicos del Servicio Civil Peruano”. Lima.